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Sembrar alimentos

Una de las tareas fundamentales del Estado, en cualquiera de sus niveles gubernativos, es asegurar a la población su derecho a la alimentación, y ello pasa necesariamente por promover la producción de alimentos allí donde sea posible. Un proyecto de “siembra” de peces está demostrando que eso es posible, incluso en condiciones ambientales adversas, como en el Chaco.

En efecto, un proyecto impulsado por el Gobierno Municipal de Camurí, la Fundación Educación para el Desarrollo (Fautapo) y la cooperación suiza pretende que las comunidades guaraníes que viven cerca del río Parapetí se beneficien de la piscicultura a ser desarrollada en lagunas artificiales que están siendo construidas. Hasta ahora, el primer paso del proyecto se muestra exitoso. Hay aproximadamente 1.700 alevines creciendo en un estanque, en el que en poco tiempo será posible pescar pacú, una especie de comprobada resistencia al clima extremo del Chaco.

Los artífices del proyecto recuerdan que la parte más difícil de comenzar fue convencer de la viabilidad del proyecto a los ahora beneficiarios, pues no solo para los indígenas de la región es difícil imaginar estanques de agua que no solo albergan peces, sino que deben ser sostenibles en el tiempo, sobre todo considerando las sequías estacionales cuando no fruto de fenómenos climáticos mayores, como El Niño o el calentamiento global.

Ahora, la comunidad de Guirarapo, al norte de Camiri, es testigo de que los biólogos y veterinarios del proyecto tenían razón al asegurar que el agua bombeada desde el río Parapetí es apta para la crianza de los peces, que pronto tendrán tamaño suficiente para ser pescados; aunque se ha explicado que el pacú alcanza su tamaño máximo al cabo de un año. El segundo criadero está por concluirse en la comunidad de Itanambikua.

El proyecto busca cambiar el pensamiento productivo de la gente de Camiri, que se ha caracterizado por ser una zona petrolera. “Ahora se impulsa este tipo de proyectos que buscan garantizar la alimentación de los lugareños y la comercialización del producto”, afirmó el Director de Desarrollo Económico Productivo de la Alcaldía de Camiri. El emprendimiento será replicado en otras comunidades indígenas en las que se está capacitando a los lugareños para que incursionen en esta actividad, agregó. A su vez, uno de los técnicos indicó que el proyecto será rentable, de tal manera que no solo garantizará una fuente de alimento fresco, sino que transformará el modo de vida de las comunidades beneficiadas.

Se trata, pues, de una iniciativa que pese a sonar inverosímil, es evidentemente factible. Su efecto, ya se ha dicho, cambiará la vida de las comunidades guaraníes, pero también servirá como ejemplo de que cuando existe el ingenio y la voluntad, es posible crear alternativas a la pobreza y el hambre que todavía afectan a algunas comunidades rurales del país.