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Predicciones 2015

En su último informe (Perspectivas Económicas Mundiales), el Banco Mundial estima que la tasa de crecimiento del PIB boliviano en la presente gestión será de 4,5%, menor al 5,9% proyectado por el Ministerio de Economía y Finanzas Publicas. ¿Por qué la divergencia?, ¿qué variables inciden en proyecciones tan disímiles?, ¿se pagará en 2015 el segundo aguinaldo?

Existen muchos factores económicos que deben ser analizados de manera integral para comprender cuál será el desempeño económico de un país. En este marco, algunos no pueden ser controlados por las autoridades del ramo, por ejemplo, los precios internacionales del petróleo o los de las materias primas, o el ritmo de crecimiento de las potencias económicas mundiales; en otros, el Gobierno puede tener alguna incidencia, como la inflación o el tipo de cambio. Entonces, para proyectar una tasa de crecimiento es importante realizar un análisis de control de cada uno de estos factores, y así predecir con mayor precisión el desempeño económico de una determinada gestión.

Desde la perspectiva de los factores clave no controlables, la primera variable de análisis es la evolución del precio internacional del petróleo y del gas. Algunos organismos internacionales estiman que el precio por barril oscilará entre 40 y 50 dólares, con una tendencia a la baja, e igual comportamiento respecto al gas. Implicancias para el país: posible contracción en los ingresos, toda vez que la estatal petrolera ya viene operando a plena capacidad.

Por otra parte, el precio de los minerales tenderá a la baja, porque China va a seguir privilegiando la liberalización de mercado antes que el intervencionismo del Estado. Entonces, es probable que el crecimiento económico del gigante asiático sea menor al 7%. Implicancia, menores ingresos por la venta de minerales. El panorama externo no se ve del todo favorable, si a lo anterior se considera una posible subida en las tasas de interés internacionales, que presionarán la salida de capitales de la región, encarecimiento de la deuda externa y presiones de devaluación de la moneda local.

El panorama interno se ve más optimista. No existen intenciones de variar el tipo de cambio, la inflación prevista se sitúa en un dígito, la previsión presupuestaria contempla un superávit fiscal, la balanza comercial mantiene su posición superavitaria y los diferentes niveles de gobierno (central, departamentales y municipales) tienen un fuerte componente de inversión pública con énfasis en infraestructura y producción. Implicancia, la dinamización del mercado interno podría servir de contrapeso frente a los posibles efectos adversos internacionales, de allí que la tasa de crecimiento se sitúe entre el 4,7 y 5,5%. En suma, lo más probable es que al final de la gestión la economía se mantenga en crecimiento y que las empresas y el Estado tendrán que pagar un segundo aguinaldo.