El desarrollo económico de Bolivia en las últimas décadas se ha caracterizado por la aparición de la microempresa. No se tienen datos estadísticos exactos, pero se estima que en el país existen más de un millón de microempresas, empresas unipersonales que, como todos sabemos, no pagan impuestos o lo hacen de manera precaria, y ocupan cerca del 70% de la población en edad de trabajar.
Los responsables del Estado Plurinacional deberían contribuir al desarrollo de estas pequeñas unidades económicas, para incrementar su crecimiento y escala, de tal manera que se conviertan en sujetos de crédito; lo que a su vez les permitiría tener una mayor sostenibilidad. Consideramos como positivas las iniciativas de los microempresarios para formar asociaciones e incluso incurrir en la formación de otros tipos de empresas, como corporaciones, holdings y hasta trusts bolivianos, en un país donde parecería que estas palabras están prohibidas y donde se ahuyenta la inversión extranjera directa o se la sabotea por no existir seguridad jurídica.
Para crecer, los microempresarios, además de asociarse entre ciudadanos nacionales que trabajan en el mismo rubro a fin de buscar mercados de exportación (ya que la demanda interna es muy limitada), deberían buscar asociarse con capitales extranjeros que ya tengan mercados establecidos en sus respectivos países. Así podrán crecer y transformarse en empresas medianas y grandes, y hasta en transnacionales bolivianas que operen de manera legal en el país, contribuyendo así con sus impuestos al erario nacional.
Asimismo, se debe trabajar para convertir el sector informal de subsistencia en formal, a fin de que contribuya con el desarrollo nacional. En lugar de exprimir solamente a un pequeño grupo de empresas formales, el Estado debería formular políticas para legalizar la economía, proporcionando seguridad jurídica y atrayendo la inversión extranjera de manera masiva, aprovechando la situación geopolítica estratégica que ocupa el país en la región.
Por esto es importante reanudar relaciones diplomáticas y comerciales con EEUU, lo que nos daría la seriedad necesaria para captar otros mercados como los europeos, que en la actualidad están saliendo de la crisis financiera a través de la expansión de sus empresas y su banca, que están a la búsqueda de nuevos mercados en el tercer mundo. También se debería seguir incrementando el comercio con los países asiáticos y las economías emergentes (BRICS), sin descuidar el comercio con el resto de los países de la región. Internacionalizar nuestra economía, considero que ése es el camino para nuestro crecimiento, por algo somos un Estado Plurinacional, ¿no es cierto?