Por historia, cultura y retos compartidos, a México y Bolivia les unen fuertes lazos de hermandad desde los tiempos de lucha por la independencia. Estos lazos cristalizaron en 1867, año en el que se establecieron relaciones diplomáticas entre ambas naciones, herederas de un pasado indígena, diverso en lenguas y cultura, que les ha brindado identidad y ha contribuido de manera particular a su desarrollo.

Bolivia es hoy día una de las economías más dinámicas de América Latina y el Caribe. Ha alcanzado tasas de crecimiento económico anual superiores al 5%, logrado una importante reducción de los niveles de pobreza y alcanzado cifras notables en los flujos de inversión productiva proveniente del exterior. Es aún muy vasto el potencial de Bolivia para seguir en la senda del desarrollo. Baste señalar que es una de las naciones con más reservas de hidrocarburos en nuestra región, sobre todo de gas natural, y también una de las más atractivas para el turismo global, lo que ha impulsado la creación de una industria turística sustentable muy promisoria.

Juntos, este dinamismo boliviano y la activa política exterior mexicana en América Latina han permitido a nuestra relación bilateral ir más allá del mero diálogo amistoso, para abarcar un amplio intercambio cultural y de colaboración en materia educativa, un creciente comercio que casi se ha cuadruplicado en la última década, y una cooperación fortalecida en materia de ciencia y tecnología. En este último rubro podemos señalar los avances logrados por nuestros cooperantes en temas como el seguro agrícola, para mejorar la evaluación y ajuste de los siniestros en el sector agropecuario; así como la incubación de empresas; la promoción del turismo y los llamados pueblos mágicos; y la construcción de viviendas sociales. Muy pronto estaremos también rindiendo buenas cuentas en otros proyectos en áreas estratégicas como el desarrollo de capacidades técnicas en la exploración, explotación y producción de gas natural, condensados y petróleo; la gestión integral de residuos mineros y metalúrgicos; y el desarrollo productivo en territorio indígena.

El intercambio educativo y cultural continúa alimentando el interés y el entendimiento mutuos. Cada proyecto y cada acción en este sentido se nutren de nuestras identidades compartidas y fomenta nuevas vías de colaboración creativa. Así, Bolivia recibió con los brazos abiertos la triple exposición de la maestra Graciela Iturbide en Bolivia en 2012, al igual que la participación de la Compañía Nacional de Teatro en el Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz, los ballets folklóricos mexicanos en el Festival Internacional La Danza Integradora de Culturas, los ensambles barrocos en el Festival Internacional de Música Barroca y Renacentista Americana Misiones de Chiquitos y la exposición Universos Femeninos en el Museo Casa Walter Solón.

Me honra estar hoy en suelo boliviano, en la tierra de Alcides Arguedas y de Cecilio Guzmán de Rojas; de la flor kantuta y de las leyendas de Potosí. México saluda a Bolivia, este suelo libre, de paz y de unión, que debe a Bolívar su nombre. México reitera hoy su compromiso con los ánimos de diálogo y de concertación que caracterizan al continente americano. Vemos en el inicio de un nuevo periodo de gobierno en Bolivia una oportunidad para profundizar los sólidos vínculos de amistad que unen a nuestros pueblos.

Traigo al presidente Evo Morales, en el arranque de esta nueva administración, el saludo fraterno del Gobierno y del pueblo de México, y los mejores deseos del presidente Enrique Peña Nieto. Reafirmamos hoy así nuestro compromiso por seguir trabajando de manera conjunta en aras de fortalecer un desarrollo incluyente y más equitativo de nuestros países y de la región latinoamericana en su conjunto.