Voces

Sunday 28 Apr 2024 | Actualizado a 18:35 PM

Por peleadoras

Los caprichitos y peleas entre hombres figuran como hechos históricos, los de las mujeres son anécdotas.

/ 25 de enero de 2015 / 04:00

Una de las formas como se va manejando y manipulando la realidad —al antojo y a la buena o mala voluntad— es a través de los discursos, las palabras, los conceptos y argumentos expuestos.

La frase del compañero y hermano Evo respecto a que “las mujeres son medio caprichositas” y peleadoras nos muestra que tenemos que agudizar y profundizar la lucha feminista comunitaria. Pues esta lucha, dentro de nuestro proceso de cambio, nos da elementos que develan los nudos del patriarcado en Bolivia. Patriarcado y formas de pensamiento machista que impiden avances revolucionarios como el acabar con la violencia hacia las mujeres, o resolver la injusticia de la sobreexplotación laboral de las mujeres y el agotamiento de los cuerpos femeninos en el capitalismo.

Aquellas formas de pensamiento, aunque sean de buena voluntad, expresan una visión de tutelaje hacia las mujeres. Las dirigentes, las luchadoras, las ministras, todas las mujeres autoridades son mayores de edad, al igual que vos, compañero Evo. Cuando las mujeres expresan sus puntos de vista pueden hacerlo de muchas maneras, al igual que lo hacen los hombres. ¿O vamos a negar que también hay hombres dirigentes “caprichositos”, ya sea en el Estado o en las organizaciones sociales?; y que igual, así caprichositos, han seguido siendo de la confianza del Gobierno.

Nutrir visiones de que la mujer es enemiga de la mujer, o que si estamos juntas es para pelearnos, es aportar a ese pensamiento patriarcal y machista de enemistarnos entre mujeres; pero además, para que vengan los hombres a calmarnos, y ellos puedan resolver conflictos “tan elementales” de las mujeres como el caprichito. Ésa es la incapacidad que tienen de no reconocer en las mujeres los aportes, la denuncia, la pasión, la terquedad y la vehemencia al momento de defender los intereses del pueblo. Es imprescindible que los hombres se cuestionen que lo que no entienden no es susceptible de superficializarse y peyorizarse.

Los varones son también caprichositos y peleadores entre ellos, y no hay peor enemigo de un hombre que otro hombre. A tal punto llegan sus caprichitos y el odio que se tienen entre ellos que se matan y hacen guerras, incluso guerras mundiales. Claro, los caprichitos y las peleas entre hombres figuran como hechos históricos, los de las mujeres son anécdotas.

Consideramos importante que los varones del Gobierno, si son hermanos y compañeros, deberían dejar de pensar que las mujeres somos niñas irresponsables a quienes hay que tutelar. No solo exigimos respeto, sino cabe advertirles también que el machismo degenera importantes áreas del pensamiento, y eso está demostrado científicamente.

Esperamos que estos próximos cinco años sean aquellos en los que la despatriarcalización se concrete y profundice en todos los espacios de nuestra querida Bolivia.

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De ignorantes, mañudas y corruptos

/ 28 de abril de 2024 / 00:19

Ignorante es aquel que no quiere saber y no quiere entender lo que probablemente está delante de su nariz; ignorante es aquel que cree que sabe porque leyó el título o supo de algún caso y lo generaliza por ignorancia, cálculo político o flojera. El y la ignorante son superficiales, se n en opiniones y no en argumentos y hechos. Eso es lo que está pasando con las opiniones —desinformadas y alegres— que algunas y algunos parlamentarios, y gente de las organizaciones sociales, están lanzando sobre la Ley 348.

La Ley 348 es producto de la lucha contra las visiones eurocéntricas, neoliberales y machistas sobre la violencia hacia las mujeres. Fueron largas discusiones contra las ONG neoliberales y las feministas de derecha que estaban felices con la ley promulgada por Gonzalo Sánchez de Lozada en 1995. Andrónico tiene hoy como catedrático a Sánchez de Lozada, al hacerse cómplice de las mismas opiniones y críticas de neoliberales contra las mujeres víctimas de violencia machista. Ignorantes hombres y mujeres de organizaciones sociales que opinan sin saber ni analizar la Ley 348. No vamos a retroceder ni un paso, como no retrocedemos en todo lo conquistado por el pueblo en el proceso de cambios, con el hermano Evo Morales.

Mañudas hay, sin duda que hay, son esas mujeres que mienten, fingen, se hacen a las víctimas, difaman y calumnian por intereses personales. Sí, claro que las hay, pero no por unas cuantas chupa sangre, karisiris, se va a poner en cuestión y tapar con un dedo el gran problema de asesinatos, golpes, torturas y violencias que viven las mujeres en manos de hombres machistas y violentos. No vamos a dudar —por unas cuantas mañudas— de las verdaderas víctimas. Como parte del Feminismo Comunitario de Abya Yala lo venimos diciendo desde 2017, convocando a diferentes instituciones y autoridades a tomar posición ante el abuso que se estaba cometiendo en la aplicación de la Ley 348. Yo misma soy víctima de estas mañudas y no soy hombre. Así que no es una ley “antihombres”, es una que está siendo manipulada por mañudas, corruptos y violentos feminicidas.

Corruptos los fiscales, jueces, policías y peritos que manejan a su gusto y mejor postor la justicia, queremos afirmar que ahí está el verdadero problema. Compañero Andrónico, la manipulación y la corrupción de la Justicia boliviana, que empiezan en la mala formación de las universidades, es el problema. Los fiscales, jueces, policías y peritos son, además de corruptos, ignorantes y mediocres, flojos y mañudos, son manipuladores y pajpakus; claro, hay una minoría que se salva. Ahí esta el verdadero problema, nuestro sistema judicial, ya hemos planteado reformas al aparato de justicia, que en su momento no las hicieron; por ejemplo, la modificación del currículo de las facultades de Derecho. Hoy ya no es reforma lo que necesitamos, consideramos necesaria una revolución de la Justicia. Lamentablemente, ignorantes, mañudos y corruptos hoy pueden ser magistrados y manejar las leyes y la aplicación de la justicia, de acuerdo con el tamaño de sus bolsillos, prejuicios e intereses políticos y personales.

Es del aparato de justicia de lo que nos tenemos que defender y el gobierno de Arce debería ponerse las pilas, por lo menos en este poco tiempo que le falta para concluir su mandato, en hacer realidad las modificaciones que se propusieron en favor de profundizar la protección de las mujeres víctimas de violencia machista.

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.

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Protección del territorio

/ 14 de abril de 2024 / 00:11

El capitalismo se posiciona en el mundo derrocando, la concepción feudal y monárquica de gestionar y administrar —desde relaciones de poder— la vida de los pueblos y la Madre Tierra. El oscurantismo de las familias del poder feudal impedía las energías creativas de los pueblos. Los conocimientos, saberes e inventos encontraban en el control monárquico y feudal sino la muerte, la cárcel, las torturas y el exilio.

Los burgueses capitalistas eran un grupito de acumuladores, avarientos usureros y explotadores, que poco a poco van imponiendo sus patrones de vida, robando el trabajo ajeno, en la explotación y la acumulación, aprovechándose de diversas circunstancias de la propia vida. Amontonaban el resultado de sus delitos en los bancos o en nuevos pillajes, denominados inversiones. Impusieron la mentira de que todo es susceptible de ser mercadería y tiene un valor para su intercambio. Tenemos que recordar que en Europa había otras formas de organizar la vida y la sociedad que querían derrotar también al feudalismo, pero no eran burgueses capitalistas.

Los actuales ladrones capitalistas herederos de esa tradición, hoy ya son invisibles, mimetizados en el carácter transnacional y neoliberal del actual capitalismo se escondieron y diluyeron de nuestra vista, pero siguen ahí robando y conspirando contra la vida y las luchas de los pueblos. De vez en cuando algún brabucón muestra la cara, como lo hizo Elon Musk, este gringo capitalista nacido en Sudáfrica, que en Bolivia lo conocimos cuando apoyó el golpe de Estado, Musk, hablando como dueño de Tesla, la transnacional de las baterías para carros eléctricos cuya materia prima es el litio, desfachatadamente dijo: “Nosotros damos golpes de Estado a quien queramos”. Este gringo es también dueño de Twitter, hoy X, y desde esta red social quiere continuar con su caprichito de “nosotros hacemos lo que queramos”.

En Brasil, el Supremo Tribunal Federal, que en Bolivia llamaríamos Tribunal Constitucional, incluyó a Musk en la investigación de las milicias digitales que participaron en el intento de golpe a Lula en enero de 2023. El brabucón se quiere cortar un huevo de la rabia y vocifera. Será muy importante que en nuestro territorio de proceso de cambios revolucionarios del pueblo, protejamos también nuestro Alajpacha, que es todo lo que está encima, parte de la soberanía de los pueblos que habitamos el territorio ancestralmente. No solo es espacio aéreo, es vida e implicaciones para la vida que tenemos que proteger, somos nosotros y nosotras que solucionamos nuestros problemas, ningún gringo debe venir a hacer lo que quiera en nuestro territorio.

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.

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Elecciones sí o sí

/ 17 de marzo de 2024 / 00:02

En la Francia de 1789, cuando se posicionó el régimen burgués con toda la parafernalia de la libertad, igualdad y fraternidad, era la igualdad, la libertad y la fraternidad para hombres propietarios, por lo tanto la mayoría de los hombres y todas la mujeres no participaban de los derechos del ciudadano y la democracia.

En la Revolución Francesa se instauró una forma nueva de relaciones con el trabajo, la producción y la madre naturaleza. Las relaciones de poder a partir de ese momento irían a servir a la producción de más capital y como el capital es un valor creado desde el capital, en base a la explotación del trabajo y de todas las relaciones que tienen que ver con el mundo del trabajo, hoy vivimos en un sistema capitalista que espera que todo se pueda comprar, puesto que para los y las capitalistas todo tiene precio y se puede vender.

Bueno, ese es el contexto del sistema capitalista que ha posicionado en el imaginario social que la democracia es el método para lograr cambios en el sistema. Ganar las elecciones y tener un gobierno, que es el Ejecutivo a cargo de la administración de las riquezas de un pueblo. El gobierno es vigilado y controlado por un parlamento o representantes de las territorialidades del pueblo; en Bolivia es la Asamblea Plurinacional que va a redactar las leyes. Esa es una parte.

Otra parte es la de la aplicación de las leyes, es decir, podemos hablar bien bonito en la redacción de la letra de las leyes y constituciones, pero el tema se va a definir el momento de aplicarlas y hacerlas cumplir. Y eso lo hace el aparato judicial, que puede manipular la interpretación de la letra y ahí es donde siempre estuvimos arruinados las y los empobrecidos por el capitalismo.

Entonces, como pueblo boliviano desmitificamos la democracia y sabemos que con el voto popular podemos controlar efectivamente ese tercer mecanismo, que estaba en manos de las oligarquías. Sin duda que la inexperiencia de elegir a las máximas autoridades del aparato judicial se hizo sentir y tuvimos graves errores, por cierto, todos subsanables.

Querer evitar las elecciones hoy es complotar contra el proceso de cambios revolucionarios del pueblo. Y es muy peligroso, pues los movimientos y organizaciones sociales no estamos dispuestos a mirar de palco cómo se manipula sinvergüenzamente por parte de algunos asambleístas. No se trata de que este gobierno se vaya a su casa, pues es un gobierno que les guste o no, fue elegido por nuestro voto, entonces hay que ser responsables de nuestro proceso mismo si el gobierno de Lucho se está pisando su propia manguera. Nosotros y nosotras, “como pueblo”, debemos cuidar el objetivo histórico del MAS-IPSP.

Cuidado con que quieran usar que hay pocas mujeres como postulantes para querer maniobrar y suspender las elecciones judiciales. Nada que ver, se tienen que hacer con las y los que hay. Y elegiremos entre todos y todas a las y los mejores. Por lo tanto, la discusión ahora no es si hay o no hay elecciones judiciales. La discusión tiene que ser cómo vamos a conocer mejor a las y los candidatos, para esta vez no equivocarnos. 

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.

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La memoria

/ 3 de marzo de 2024 / 00:44

Hay muchos escritos y dichos sobre la memoria de los pueblos, uno de los más populares es aquel que dice que “un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia”. Sin duda que nos va a quedar claro que la memoria juega un papel importante en la construcción de la identidad, es una parte de nuestras vidas que determina la forma como vamos a enfrentar la propia vida, los problemas, las contradicciones y también las decepciones.

Es tan importante entonces, hermanas y hermanos, que hoy en nuestro territorio de tres culturas mayores, aymara, quechua, guaraní y otras 33 que fueron reconocidas por nuestra nueva Constitución, la reflexión sobre la memoria histórica no solo nos sea útil, sino imprescindible, porque sino fácilmente nos vamos a perder y correremos —como ovejas— tras cantos de pajpakus, que no solo son mentirosos y violentos, sino que hábilmente son ellos y ellas nomás quienes se hacen “a las víctimas”, como decimos en nuestro pueblo.

El mes de febrero ya pasó, pero ahora marzo nos tiene que devolver la memoria y el recuerdo de toda la movilización para el referéndum realizado con el objetivo de preguntar sobre la reelección del hermano Evo. ¡Si! Tenemos que recordar el referéndum y cómo gran parte de nuestra población fue manipulada por la gran mentira de los medios de comunicación y las redes.

A ver, tenemos que recordar que antes del proceso de cambios del pueblo boliviano no existía el referéndum. Aprendimos que el referéndum es preguntar al pueblo qué opina, qué cree y qué decide. Y preguntar a todo el pueblo, no solo a los doctores propietarios de bienes en las ciudades. Cierto, no son las practicas, ni los alcances que la democracia burguesa soñó en 1979 allá en Francia.

Tenemos que recordar nuestras victorias, la victoria de tener el referéndum como instrumento del pueblo. Pero la memoria debe conectarnos también con nuestros errores, y nuestro error fue no leer la capacidad de manipulación de las redes y los medios de comunicación y creo que todavía no tenemos plena conciencia de lo que nos pasó con la política de las redes, que fue creada y está dirigida con el objetivo de hacer entrar en nuestras cabezas las mentiras del grupito dominante.

O sea que tenemos que reflexionar sobre estos nuestros caminos victoriosos, le dimos nuevas funciones a la democracia que, de ser un medio para legitimar la dictadura, el autoritarismo y la imposición de leyes y reglas para la sociedad por parte de la burguesía, pasó a ser un instrumento para legitimar la posibilidad de construir el autogobierno del pueblo, con un hermano indígena Evo Morales como símbolo de esta propuesta revolucionaria.

Tenemos que recordar que, al haber usado la democracia burguesa para legitimar nuestro proceso de cambios revolucionarios, hemos recuperado y visibilizado nuestra capacidad de decidir. Pero para decidir hay que tener posición y análisis político y no solo levantar la mano para votar. Es verdad que a veces podemos confiar y apoyar una u otra posición, pero no podemos eternamente ser segundones, es necesaria la posición propia informada y estudiada. Eso está faltando: formación y discusión política. 

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.

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De derechas

/ 18 de febrero de 2024 / 01:15

Una de las cosas que Mesa y Comunidad Ciudadana no ponen en su currículo es que fueron parte del gonismo entreguista y que su nacionalismo siempre significó que la nación que proclaman será siempre definida desde la élite criolla, al servicio de la élite criolla y criollista. Para prueba, solo hay que ver quiénes son los y las parlamentarias de este partido, pero agudizando la vista ubicar quiénes son las y los portavoces, tomadores de decisiones de esta tienda política.

Comunidad Ciudadana, en su nombre han pretendido confundirnos con toda la parafernalia del idioma opresor, el castellano. ¿Comunidad? ¿Cuál comunidad? Lo que en verdad sucedió es que el proceso de cambios —propuesto desde las indias y los indios, originarios que tanto desprecian— les movió el piso a tal punto que trataron de traducir o más bien reducir las formas colectivas de los ayllus ancestrales, y que con eso podían engañarnos. Cierto, hubo indios e indias clase medieros que quisieron blanquearse votando por ellos. Pero están muy lejos de la llamada comunidad de ciudadanas y ciudadanos, propietarios, hacendados, letrados y doctorcitos racistas con los que se fundó la república. República que fue superada por el Estado Plurinacional, soberano y comunitario con autonomías. Autonomías indígenas, por supuesto, que no debemos confundirlas con otra de las manipulaciones que los hacendados, criollos de los grupitos de poder de la ciudad de Santa Cruz se esfuerzan por posicionar, esa autonomía del capricho de la minoría abusiva frente a los intereses de la mayoría del pueblo.

Camacho y el grupo del partido Creemos representan esa derecha iletrada, pero capísima en los negociados y corrupciones. Chistoso su nombre, Creemos, porque ni ellos mismos se la creen. Rápido demostraron su falta de fe, o mas bien demostraron su férrea fe en el garrote para convencer, pues ni discurso, ni argumento, ni propuestas tienen. Esta derecha beata, moralista e impune tuvo su gestación alimentada de intrigas, sobornos, traiciones, violaciones, dedazos al por mayor. Aquí sí las y los blanquitos son los que mandan y no hay tu tía. Los cholos obedecen. Claro, fueron capaces de capitalizar la ignorancia de una ciudad que se revuelca en la desinformación de sus medios de comunicación.

Ya desde la época de Banzer, los medios de comunicación en Santa Cruz hicieron de las suyas, generando su propia correa de transmisión, control y censura, las radios y los canales de televisión cruceños hicieron ese servicio. La información —del resto del país— siempre fue filtrada por los medios locales. Controlaron y aseguraron que la ignorancia campee en todos los barrios de Santa Cruz. Sin embargo, no contaron con el camino que harían hombres y mujeres tan despectivamente denominados collas, que en los colores de la wiphala ondearon en la plaza 24 de Septiembre la unidad en la diversidad de todos nuestros pueblos originarios.

Esta derecha que se une en su racismo, paradójicamente, hoy corretea tras del MAS en todas sus versiones. Realmente nos están mostrando cuán mediocres son.

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.

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