El jueves 29 de febrero, Pamela Delgadillo y Rogelio Mayta Mayta presentaron el libro titulado Laberinto.bo, diagnóstico de la justicia boliviana y algunas propuestas, un estudio que apunta a darnos luces en este sombrío panorama que hoy atraviesa la Justicia, una problemática compleja que en lugar de aclararse se oscurece cada vez más con la naturalización de la impunidad, la ineficiencia, la retardación de los procesos judiciales, con el sufrimiento y la angustia de quienes tienen la desgracia de enfrentar un sistema perverso, más aun si no se tiene recursos. 

Se trata de una presentación especial porque nos permite repensar aquel ideal de sociedad en el que la Justicia sea uno de los pilares fundamentales para la convivencia y la cohesión social, para reivindicar la dignidad humana y el derecho a un debido proceso en cualquier circunstancia. Sin embargo, es inevitable preguntarnos cuál es el valor de la Justicia para los bolivianos y bolivianas, en tiempos en los que la noción de bien común está en crisis y las relaciones entre personas e instituciones están marcadas por pautas y criterios que afectan a su sana interacción.

Pamela y Rogelio nos dan la oportunidad de aproximarnos a las causas de la injusticia, tan analizada desde las instituciones de desarrollo y derechos humanos en términos de inequidades socioeconómicas y culturales, pero que en estricto sentido jurídico nos ayudan a entender que no son problemas irresolubles a los que no podamos hacer frente, sino que han sido y son provocados por la falta de voluntad política de quienes tienen el deber de garantizar el ejercicio de derechos de toda la población boliviana. Las injusticias, en este sentido amplio y abarcador de la vida humana, pueden evitarse si el Estado cumple con sus deberes y obligaciones, ámbito en el que las organizaciones de la sociedad civil deberíamos también ser más activas en la exigibilidad de derechos.

Con mucho compromiso y esperanza, UNITAS ha brindado apoyo a esta iniciativa desarrollada por dos profesionales cuyas virtudes académicas son tan valorables como su calidad humana, y lo hicimos bajo la convicción de que la situación de la Justicia en Bolivia ha llegado a niveles inaceptables que indignan, avergüenzan y duelen. ¿Qué país puede preciarse de ser moderno, revolucionario, transformador con un sistema judicial como el nuestro, que a diario evidencia serios vicios por vacíos de imparcialidad, independencia, probidad, eficiencia, compromiso y claridad en su función y rol en la sociedad?

Los desafíos son muchos, pero la esperanza de un cambio sustancial y duradero es mayor. Con seguridad el estudio de Rogelio y Pamela nos ayudarán a transitar por estos laberintos, que eligiendo el camino correcto sí deben conducirnos a un buen final.