Cambios en el entorno urbano
Toda intervención debiera traducirse en un acto de relación armónica y útil para la urbe
Muy pocas veces nos preguntamos cómo habrá sido el entorno natural al empezar a conformarse las ciudades y menos reflexionamos sobre las modificaciones que existieron para llegar a su imagen urbana actual. Esto, por el proceso de sustitución de vías y edificaciones que tuvo lugar allí en los distintos tiempos y espacios. El ser humano, principal autor de esos cambios, ha conseguido construir ciudades e infraestructuras con distintas funcionalidades para dotar al individuo de una vida apropiada. Aquellas no nacieron como simples propuestas formales, sino que respondían a distintas exigencias multidisciplinarias.
Es oportuno señalar además que esas transformaciones no solo tuvieron un carácter local, sino todo lo contrario, universal. La importancia del estudio del entorno urbano fue creciendo, esencialmente en lo referido a la relación del ciudadano con su entorno construido y las implicaciones e influencia que ello tiene en el comportamiento de la población.
Actualmente la especie humana busca dejar de seguir agrediendo al planeta. También exige mayor conocimiento en la construcción de las ciudades. Todo ello para evitar que ciertas intervenciones urbanas, especialmente para el comercio, terminen de destruir lugares bellos y útiles so pretexto la modernización de la urbe.
Se trata de un paradigma que además de económico es también ético, ya que enfrenta los cambios existentes y prevé aquellos por venir en la medida de lo posible. Para ello es necesario que las autoridades, ante cualquier autorización para edificar, regulen cada modificación, por ejemplo del entorno construido. De esa manera, toda intervención debiera traducirse en un acto de relación armónica y útil para la urbe.
La Paz también forma parte de la flotante ansiedad colectiva de la edificación acelerada y desordenada de hoy, la cual persigue principalmente la novedad, pese a las decenas de consecuencias negativas que esto significa para el entorno circundante. Una muestra de ello se puede observar en la Av. Ballivián de Calacoto, donde los cambios en el entorno urbano están siendo cada vez más definitivos. De la ciudad del siglo XVIII con pastizales en la zona Sur (lechería), que dio lugar en el siglo XX (mediados) al barrio residencial más importante, con un entorno natural singular, hoy casi no queda nada. ¿Y para qué? Para la habilitación en prioridad de lotes y tinglados de exposición automotriz, donde ayer se asentaban grandes jardines.
Pese a que aún quedan en ese sector las hermosas palmeras que engalanan sus jardines centrales, es previsible que esa avenida se convertirá en el futuro en un centro de comercio lleno de edificios. Empero, ¿acaso ello niega que tenga otras características urbanas contrarias a una ciudad seca? Caminar hacia el futuro también es respetar y conservar las obras urbanas y de arquitecturas relevantes que enaltecen la ciudad también por su valor significante.
Es arquitecta.