Economía de mercado
Es necesario que la economía nacional se transforme paulatinamente en una economía de mercado
La evolución de las sociedades contemporáneas lleva a analizar el comportamiento de sus estructuras financieras, que permite establecer la distinción entre economías de mercado y de endeudamiento. De acuerdo con las modalidades institucionales que rigen a las empresas comerciales, financieras e instituciones bancarias, podemos clasificarlas en dos tipos: las que satisfacen sus necesidades de liquidez gracias a la posesión de activos líquidos, financieros y de obligaciones ampliamente negociables en un vasto mercado secundario (economías de mercado); y las que deben solicitar préstamos para satisfacer dichas necesidades (economías de endeudamiento).
Analizando las modalidades institucionales y financieras que rigen la actividad económica, podemos afirmar que en el país predomina una economía de endeudamiento. En una economía de este tipo el ahorro de las personas no garantiza el financiamiento de las inversiones de las empresas. Las compañías, luego de evaluar sus proyectos de inversión, stocks y capacidad de autofinanciamiento, buscan un aporte externo, es decir, acuden al crédito bancario o más precisamente al microcrédito. Por tanto, al verse en la necesidad de contraer préstamos se endeudan cada vez más. Es decir que los bancos tienen la responsabilidad del financiamiento de la economía. De esta manera, la creación monetaria de las entidades financieras, vía créditos bancarios, reemplaza al financiamiento directo, que se realiza a través de la emisión de títulos y valores.
Este endeudamiento que caracteriza a nuestra economía da origen a la generación de un vasto mercado de créditos y microcréditos. Por tanto, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero debería vigilar la calidad de los créditos otorgados, haciendo que éstos se adapten a las necesidades de la producción. Para solucionar esta situación de endeudamiento, es necesario que la economía se transforme paulatinamente en una economía de mercado, en la que las empresas e instituciones comerciales y financieras tengan acceso a un mercado financiero, donde una multitud de ahorristas puedan proporcionar los fondos necesarios al financiamiento de las inversiones que, en su caso, deberán realizarse en el sector productivo.
En este mercado deberán negociarse papeles financieros de toda índole, constituyendo un mercado secundario que debería consolidarse con la existencia de la bolsa boliviana de valores. Esta es una de las mejores alternativas para salir de una economía de endeudamiento, que solo trae consigo el estancamiento y el subdesarrollo, y convertirse en una economía moderna y productiva, donde todos participen libremente en el financiamiento de las inversiones productivas para alcanzar los objetivos de desarrollo y crecimiento tan largamente anhelados en el país.
Es doctora en Economía.