Violencia de género
Desde marzo de 2013 rige en Bolivia la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, norma que prevé una serie de medidas para prevenir y combatir la violencia machista, entre ellas incorpora en la normativa legal la figura penal del feminicidio, con una pena de 30 años de cárcel sin derecho a indulto. Los medios de comunicación también juegan su rol, pero en muchos casos sin tomar en cuenta principios básicos como la protección a la víctima.
Como resultado de diferentes campañas orientadas a perder el temor y denunciar al agresor, las víctimas acuden a oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) para denunciar y abrir una causa. En 2014 fueron atendidos 33.000 casos de violencia.
La problemática está en la agenda de los medios de comunicación y es central que permanezca como factor de visibilización para encarar con nuevas ideas e iniciativas el desafío de frenar la violencia. No obstante, es preciso reflexionar sobre cómo enfocamos la información y el porqué diversos medios televisivos difunden imágenes de las víctimas con golpes en su rostro o cuerpo, en algunos casos incluso rodeadas de sus hijos.
Las normas y la ética nos llaman a evitar la “revictimización” con imágenes, identificando a la víctima con nombre y apellido, o con comentarios a modo de información fuera de lugar. Escuché a un periodista al presentar una nota sobre casos de violencia decir: “En vez de pedir disculpas, se quedó con la mujer con la que engañó a su esposa”.
En las últimas semanas fue recurrente ver en medios televisivos notas sobre violencia de género con imágenes de las víctimas y de sus golpes, además de una interpelación periodística sobre las circunstancias y causas de lo ocurrido. Si era la primera vez o por qué no lo denunció antes. Pocos evitaron mostrar el rostro de sus entrevistadas.
El parágrafo 3 del artículo 23 de la Ley 348 establece: “Difundir informaciones relativas a la violencia contra las mujeres de forma objetiva, precautelando la defensa de su autonomía, libertad, dignidad, privacidad y derechos, de sus hijas e hijos, restringiendo toda exposición gráfica que constituya humillación, exposición pública y/o degradante”.
La periodistas y los medios de comunicación son vitales en la visibilización y en hacer frente a esta problemática; sin embargo, la información, cuidando no revictimizar, por sí sola no ayuda, debe estar acompañada, y podemos hacerlo, de la concientización sobre los daños y sus efectos en el entorno, principalmente familiar y social. Evitemos vulnerar derechos de las víctimas.