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Hegemonía deleuziana

Hegemonía no es un concepto sencillo, no aparece directamente en la obra de Marx. Por lo menos no en la parte de su obra publicada. Es mencionada por primera vez en los textos de Plejánov y en la corriente de los mencheviques. Posteriormente será un tema recuperado por Lenin. Sin embargo, fue Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel, quien trabajó este término con mayor atención.

Para Gramsci, el Estado es una combinación de dictadura y hegemonía, es decir, coerción y dominación política, cultural e intelectual. Para el italiano una tarea del movimiento obrero era llenar el contenido de la sociedad civil para hacerse hegemónica en ella. Empero, esta hegemonía no era una imposición, sino el resultado de una lucha ideológica que puede crear una visión de mundo diferente.

Según esta perspectiva, la hegemonía es muy importante en el proceso de transición al socialismo, pues éste solo sería posible a partir de una nueva voluntad colectiva bajo la dirección de la clase obrera y para ello era necesario una reforma intelectual y moral. Así, Gramsci considera que la suma de hegemonía y dictadura da como resultado un Estado integral.   

Yo quisiera sugerir una lectura distinta de hegemonía. Acercarme a un texto de Deleuze sobre el dibujo animado de Blake Edwards llamado “la pantera rosa”. Deleuze nos diría que hegemonía es lo que hace la pantera rosa: pinta la pared que había detrás de ella de color rosa, de esta manera hace que el mundo devenga rosa para pasar inadvertida. Frente a un muro color rosa, la pantera se hace invisible. Sin embargo, el devenir rosa de la pantera es la estrategia para huir, para no ser atrapada, es la estrategia para ser y hacer comunicación, en tanto si todo es rosa todo comunica rosa.

La hegemonía rosa deleuziana sería lo contrario a la dominación. ¿Para qué buscaría alguien ser dominado?, por ello un proceso hegemónico en el sentido gramsciano no podría pintar de rosa la pared para huir, pues el egemon (caudillo, jefe o guía) sería la imagen que se recorta sobre el fondo, es decir sería lo que no es rosa. En este sentido, la hegemonía nunca sería definitiva, pues estaría presente el último espacio en el que no puede realizarse la dominación completa, es decir, el espacio mismo del dominador.

La estrategia gramsciana sería una de territorialización, o sea, una forma o manera de canalizar el flujo del poder y establecer dominación, en tanto la estrategia deleuziana sería una de desterritorialización, es decir, una manera de dispersar, diseminar el poder. Dicho de otra manera, una forma de huir constantemente al poder, como ejercicio de resistencia. Lo aparentemente coherente en un Estado plurinacional sería apostar por lo plural y desterritorializar, que sería una de las maneras y posibilidades de la descolonización.