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Las ‘buenas intenciones’ de los políticos

Cuanto más elevada es la posición económica, más recursos se tiene para derivar los impuestos hacia abajo

/ 6 de marzo de 2015 / 05:03

S emanas atrás el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presentó el proyecto para el año fiscal 2016, que se inicia el próximo 1 de octubre. El programa contempla un gasto de $us 3,99 billones y $us 3,53 billones de ingresos, con un pronóstico de déficit de $us 474.000 millones. Claro que el Premio Nobel de la “Paz” no se olvida del armamentismo. Para el Pentágono solicita $us 585.300 millones, 4% más que en el ejercicio actual. Pregunto, ¿cuántos marginados podrían mejorar sus vidas con este dinero?

Según Obama, se incluirá un incremento de los impuestos para los más ricos —1% de los estadounidenses— y una mejora de los ingresos para la clase media. En conjunto, el proyecto representa un aumento del gasto público del 7% sobre los niveles fijados por los recortes automáticos, conocidos como “secuestro”, que entraron en vigor en marzo de 2013 para reducir el déficit. Entre otras cosas, el Presidente de Estados Unidos pretende financiar un plan para que sean gratuitos los dos primeros años de community college —centros públicos de educación superior— y otros gastos en materia sanitaria.

Las intenciones parecen muy buenas, siempre los políticos se encargan de que lo parezcan, pero el resultado final es inverso, como suele suceder con las acciones represivas, tales como la imposición de cargas fiscales utilizando el monopolio estatal de la violencia.

Efectivamente, cuanto más elevada es la posición económica de una persona, más recursos tiene para derivar los impuestos hacia abajo: puede bajar salarios, subir precios, etc. Total que los “impuestos a los ricos” terminan pagados por los pobres. Suponiendo que sea cierto que estos fondos terminarán beneficiando a la clase media o los pobres, qué sentido tiene quitarles para luego devolverles lo poco que queda luego de pasar por una enorme burocracia. 

Además, Obama quiere establecer un impuesto obligatorio del 14% sobre los beneficios que las compañías estadounidenses obtienen en el extranjero. Parte de lo recaudado con ese impuesto se usaría para financiar una propuesta de obras públicas que busca desembolsar $us 478.000 millones en seis años para “modernizar” la infraestructura y el sistema de transporte. Sin embargo lo que se va a lograr con esto en realidad es que las empresas renieguen de la nacionalidad estadounidense para evitar estos impuestos. Y qué sentido tiene hacer carreteras, si los mismos usuarios las demandarán y las construirán en la medida en que las necesiten para mejorar su vida, sin necesidad de pasar por la tremenda burocracia estatal.

Para remate de buenas intenciones, Obama quiere enviar dinero a Centroamérica para “evitar la inmigración ilegal”. La llegada a Estados Unidos el año pasado de decenas de miles de inmigrantes ilegales desde Honduras, Guatemala y El Salvador —incluyendo a más de 60.000 niños que viajaban sin sus padres— causó gran conmoción. Y ahora el Gobierno asegura que se requerirían $us 5.000 millones en los próximos cinco años para poner en marcha un plan para Centroamérica que prevé educación, salud y programas laborales, así como en fortalecer la Justicia y seguridad y programas de infraestructura, para ayudar a disuadir a los posibles migrantes. ¿Alguien tiene alguna duda de que, dada la corrupción en estos gobiernos, buena parte del dinero no llegará? Y lo que llegue quizás solucione el problema temporalmente, pero no el fondo.

Es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California. https://twitter.com/alextagliavini (@alextagliavini).

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Trump y Macri, un solo corazón

Desde los extremos geográficos van por el camino del miedo inaugurando una era de oscurantismo

/ 5 de febrero de 2017 / 13:37

El miedo es un arma letal que suele destruir al que lo padece, por eso la valentía es una virtud porque suele llevarnos por los mejores caminos de la vida.

Chuky Trump, que defiende a la tortura, dice que terminará el faraónico e inútil muro —que inició Bill Clinton— que podría costar unos 15 mil millones de dólares, a lo que hay que sumarle la manutención y los eventuales agentes y controles en semejante distancia. Por cierto, es bueno recordar que hoy son más los mexicanos que se marchan de EEUU que los que ingresan.  

Al otro “muro”, el veto migratorio contra refugiados e inmigrantes de siete países de mayoría musulmana, dice que lo hizo para combatir al terrorismo, pero al mismo tiempo cierra filas con Arabia Saudita donde están las ciudades prohibidas de La Meca y Medina, donde poseer una Biblia puede penarse con la muerte, entre otras cosas, demostrando que es la principal fuente del fanatismo islámico.

En la otra punta del continente está Argentina, tierra de inmigrantes al punto que el presidente Macri es hijo de un italiano que llegó a buscarse la vida y construyó, sorprendentemente, un imperio a partir de la obra pública. Todavía hoy es uno de los países más abiertos del mundo, y el que más extranjeros tiene en Sudamérica.

Así, con seis homicidios por cada 100.000 habitantes está lejos aún de los 84 de Honduras, 53 de Venezuela o 31 de Colombia, pero va camino de aumentar, dentro de un continente donde 135.000 personas fueron asesinadas en 2015, según el Banco Interamericano de Desarrollo.

Pero también Argentina está cambiando, atemorizada por políticos populistas que así consolidan su poder. Del mismo modo en que la izquierda encontraba en el extranjero la culpa de todo —en las “multinacionales go home”— la derecha exagerada de Macri frente a una sociedad atemorizada por la inseguridad, ha encontrado un culpable: los extranjeros.

Y ha iniciado controles más fuertes en las fronteras para evitar que entren “personas con antecedentes penales” y expulsiones más rápidas para los “delincuentes”. Argentina tiene un 4,5% de inmigrantes y en sus cárceles los extranjeros son el 6% del total. Pero el Gobierno salió a “informar” que “en los delitos vinculados a la narcocriminalidad, un 33%… son extranjeros”. Y en una inocultable actitud xenofóbica, “vienen ciudadanos peruanos y paraguayos y se terminan matando por… la droga”, aseguró la Ministra de Seguridad.

El nivel delictivo es muy alto precisamente por culpa del Estado. Es el principal creador de delincuentes, más allá de que el principio es incoherente (no puede detenerse la violencia con más violencia, represiva) a partir de prohibir algunas drogas dañinas, da lugar a los narcos y todos los delitos relacionados. De modo que aumentar los controles y el personal policial, lejos de evitar el delito, lo ahondará.

Y no porque la Policía sea corrupta al punto de que muchos crímenes sean cometidos por sus agentes, sino porque esto aumenta el gasto estatal; por tanto, los impuestos empobreciendo a la sociedad creciendo la marginalidad. Otra populista, Cristina Fernández, también anunció la expulsión de extranjeros y aumentó considerablemente la presencia de fuerzas de seguridad, y el delito creció.

En fin, Trump y Macri, desde los extremos geográficos, van por el camino del miedo inaugurando una era de oscurantismo, y de más delitos salvajes como los del narco.

Es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California.

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Se la creyó Brasil

Brasil creció y estableció un liderazgo en el mundo gracias a las bases sentadas por Cardoso

/ 19 de mayo de 2014 / 04:19

Fernando Henrique Cardoso, sin ser muy bueno, protagonizó uno de los mejores gobiernos que tuvo Brasil. Redujo la “inflación” (el aumento del IPC) desde el 22% en 1995 al 9,1% en 1996 y 2,5% en 1998; continuó la apertura económica iniciada por el presidente Fernando Collor de Mello y, entre 1991 y 2001, el Estado recaudó $us 103.300 millones por la privatización de empresas públicas, mientras que el desempleo se mantuvo en torno al 5,5% durante su primer mandato. Así se generó un boom de consumo, lo que atrajo numerosas inversiones, lo que a su vez permitió mejorar la recaudación fiscal y conseguir el saneamiento de las cuentas públicas, aunque la deuda del Estado pasó de 14% del PIB en 1994 al 55,5% en  2000, sobre todo por las altas tasas ofrecidas por el Banco Central.

Luego vino Lula y, para sorpresa de todos, conservó la política económica pero aumentó el gasto “social”, y Brasil creció y estableció un liderazgo en el mundo gracias a las bases sentadas por Cardoso. Creídos los brasileños de que la política “social” de Lula era exitosa, la profundizaron con Dilma Rousseff, y ahora Brasil, miembro del grupo de países emergentes BRICS y la séptima economía global, ha tenido un decepcionante crecimiento que no llega al 2% anual promedio en 2011-13, y 1,5% estimado para 2014, con una inflación del 6,5%. La cuenta corriente externa, que venía con un sólido superávit hoy tiene un déficit creciente cercano al 3,5% del PIB. Tanto el menor crecimiento de China como las serias dificultades de Argentina, su tercer socio comercial, han afectado las exportaciones brasileñas. A lo que hay que sumarle un bajo nivel de ahorro (15% del PIB) y de inversión.

Para colmo de males, Brasil se ha involucrado en la organización del próximo mundial de fútbol, que promete ser un tiro por la culata. Para ello ha reformado completamente o construido 12 estadios hipermodernos, a un costo sideral de $u 11.000 millones de dinero público, para mostrar al mundo su “poderío de gigante emergente”, pero hasta ahora solamente ha recibido una ola de críticas, no solo de la FIFA, sino de los propios brasileños, al punto de que el porcentaje de la población que apoya el mundial ha caído del 79% en 2008 a 48% en abril de este año. Hace seis años, solo 10% de los brasileños se oponía a la Copa, contra el 41% hoy en día.

Rousseff, cuya popularidad ha caído al 35%, ya inauguró casi todos los estadios, pero cuatro (el inaugural de Sao Paulo, más Curitiba, Cuiabá y Porto Alegre) siguen en obras cuando el inicio del torneo es el 12 de junio. “Hemos vivido un infierno en Brasil”, llegó a decir el Secretario General de la FIFA, que admite que los estadios estarán listos “a último minuto”. Todas las ciudades sede debían tener 4G, pero el internet wifi no funcionará bien en la mitad de los estadios y habrá problemas en la operación de aeropuertos, anticipa el propio Gobierno. Habrá protestas anti-Copa que pueden degenerar en violencia como en junio pasado, cuando más de un millón de brasileños protagonizaron una revuelta durante la Copa Confederaciones. A esto se suma el recrudecimiento de la violencia en Río de Janeiro, sede de siete partidos, incluida la final, como resultado de la torpe represión policial

Es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California. https://twitter.com/alextagliavini (@alextagliavini)

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Éstos sí son héroes

Héroes son los periodistas y todo el que encuentre y difunda la verdad, la información

/ 28 de abril de 2014 / 04:00

Con el respeto que merecen los hombres que han empuñado armas, como que vengo de familia de generaciones de militares, mi obligación es decir la verdad. Héroes no son los soldados. En lo que va de 2014 ya van diez periodistas, tres colaboradores y tres internautas muertos; además de 163 periodistas, 14 colaboradores y 165 internautas encarcelados, según Reporteros sin Fronteras. Pero no son héroes por arriesgar su vida, que no quiero alentar la temeridad, héroes son los periodistas —yo soy solo colaborador de opinión— y todo el que encuentre y difunda la verdad, la información, porque así se defiende la vida.

Efectivamente, frente a una mosquita que pudiera conocer y anticipar los movimientos, el ejército más poderoso sería inútil. Tampoco existirían crímenes si pudiéramos prever los movimientos de los delincuentes. Y los gobiernos populistas, que viven de explotar a sus ciudadanos, no resistirían un día si se pudieran conocer y predecir, por ejemplo, los movimientos de sus corruptos recaudadores.

Luego de diez jornadas de recorrido desde Cartagena de Indias, y de los trámites de aduana en Venezuela, se comenzaron a utilizar las 52 toneladas de papel enviadas por la prensa colombiana a colegas venezolanos, como el periódico El Impulso, que fue el primero en recibir la carga de 18 rollos que servirán para algunos días más de circulación. Mientras que los diarios El Nacional y El Nuevo País recibirán 39 y 18 rollos, respectivamente. Y las gestiones continúan.

Para Nora Sanín, de la Asociación Colombiana de Editores de Diarios y Medios Informativos, “es muy satisfactorio contribuir… a la libertad de prensa y al derecho a la información de los venezolanos” que se ve seriamente amenazado por la falta de papel como consecuencia de las acciones del gobierno de Maduro. Además, dentro de la iniciativa “Todos somos Venezuela. Sin libertad de prensa no hay democracia”, diarios de la región publican artículos de los periódicos venezolanos, como acto solidario.

Pero no todos son Venezuela, y algunos quieren coartar la libertad de información porque necesitan el secreto, propio de las acciones violentas y delictivas. Los diarios The Guardian y The Washington Post recibieron el premio Pulitzer —el más prestigioso del planeta, conferido anualmente por la Universidad de Columbia— por difundir el espionaje masivo realizado por el Gobierno de Estados Unidos, gracias a los documentos que filtró Edward Snowden quien debió exiliarse para no ser encarcelado.

En 1972, el galardón fue otorgado al The New York Times por publicar los Pentagon Papers, documentos clasificados que arrojaban luz sobre el involucramiento político y militar de EEUU en Vietnam. El Pulitzer también distinguió a The Washington Post en 1974 por el escándalo de Watergate, sobre el espionaje del Gobierno norteamericano a oficinas demócratas que derivó en la renuncia del presidente Nixon.

Si existiera información perfecta, no existirían los crímenes. Claro que esta situación ideal nunca se dará, pero merece la pena trabajar por ella, porque así se defiende verdaderamente la vida, nunca con la violencia “defensiva” que solo agrava las situaciones. “La verdad os hará libres” no las armas de fuego que son, a no dudarlo, los instrumentos más liberticidas que existen, desde que al asesinar terminan completamente con la vida —la libertad— de las personas.

Es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity,
de Oakland, California. https://twitter.com/alextagliavini (@alextagliavini).

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