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Ofertas urbanas

Pocas veces nos ponemos a pensar cuánto ha recorrido la humanidad en los últimos 100 años, y mucho de ello se debe a la modernidad y sus ideas de transformación, las cuales metafísicamente lograron dar un giro a la vida de la humanidad, rigiendo las nuevas características de las ciudades. De igual manera, esa evolución trascendió en el campo de la arquitectura y las artes en general. Así, esas nuevas realidades lograron grandes cambios que derrumbaron la concepción geocéntrica del mundo. Lo relevante sucedió en lo urbano, que gracias a la proyección cartográfica y la planificación del espacio abrió el camino de las urbes hacia las metrópolis. Con ello se inició la evolución de las ciudades también en su imagen urbana.

Hoy, en la ruta de intervenciones urbanas y por el desmedido crecimiento poblacional, se están convirtiendo en megaciudades. Independientemente de ello, cabe recordar que el nacimiento y la evolución de las ciudades se iniciaron con visiones míticas. En la polis griega se dotó de un gran espacio abierto, que si bien nació para la filiación con los dioses Hermes y Hestia, se convirtió (Ágora) en la espacialidad de la identidad y de pertenencia más importante para el despliegue de actividades ciudadanas en la historia urbana. Y con esa gran oferta espacial se comenzó a construir ese espacio público como el lugar de arraigo más relevante de las ciudades. Sin embargo, muchas de esas plazas hoy tristemente están dejando de ser el dispositivo social urbano, convirtiéndose solo en vacíos poéticos urbanos.

Actualmente, la evolución de las propuestas urbanas reaparece con otras particularidades, cubriendo toda ansia de construir la ciudad más representativa del habitante actual. Aquéllas, concebidas dentro de visiones contemporáneas, son cada vez más exigentes en obtener respuestas exquisitas en la infraestructura, equipamiento y seguridad.

Empero, en otras urbes esa maternidad parece haber sido decapitada por la falta de imaginación a la apertura de nuevas propuestas que respondan a planes urbanos también respetuosos de la memoria. Si bien lo urbano es una confluencia de repeticiones de vías, calles, pasarelas y puentes, aquello no niega que las nuevas visiones con proyección al siglo XXI presenten con creatividad “ofertas urbanas” singulares, por ejemplo, en épocas electorales de un municipio.

La Paz necesita nuevas esperanzas. Si bien hoy cuenta con los puentes Trillizos o el teleférico (ambos concebidos hace más de 30 años), en el primer caso debe incrementar valor a su existencia. Algo singular y posiblemente único en el planeamiento del transporte urbano es el teleférico, ya que fue concebido esencialmente para cumplir con la función de transporte masivo, en su cualidad de “aéreo”.

Es evidente que ambos, también por su dimensión, son hechos representativos de La Paz. No obstante, vale aclarar que esta ciudad, por su topografía, requiere de varios puentes conectores. Solo el Puente de las Américas, que nació en los 70, fue considerado como particular en el momento de su inauguración, por su carga simbólica de unión.

Existen propuestas urbanas nuevas y serias que forman parte del plan de desarrollo futuro de una ciudad que logran no solo eclipsar a la población por su creatividad, sino también cautivarla, convirtiéndose en una fuerza indiscutiblemente ganadora.