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Cámaras de vigilancia dañadas

Tiempo atrás, en este mismo espacio ponderamos la significativa contribución de las cámaras de vigilancia en El Alto para combatir la inseguridad ciudadana. Según datos de la FELCC, desde que fueron instaladas en distintos lugares de la Ceja en 2013, permitieron detectar 14.130 casos de violencia, entre robos, asaltos, peleas entre pandillas y la venta de drogas.

Además, gracias a su aporte fue posible identificar los lugares más peligrosos de esa zona de El Alto y se pudo evitar varios atracos, muchos de los cuales podrían haber culminado con la muerte de la víctima. Pese a esta importante contribución, actualmente solamente funcionan ocho de las 30 cámaras instaladas hace dos años. Una fue destruida por los delincuentes, otras cuatro fueron supuestamente removidas por los propios vecinos con el argumento de que habían sido amenazados por permitir su instalación en sus domicilios y el resto habría dejado de funcionar debido a fallas técnicas.

Independientemente de los motivos detrás de la inoperancia de la mayoría de las cámaras instaladas en la Ceja, es evidente que el soporte técnico no fue contemplado a la hora de emprender este proyecto, así como también la carencia de una institucionalidad entre las fuerzas del orden que asegure la sostenibilidad de los proyectos en el tiempo.