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Resurrección de Cristo

Este domingo se recuerda la resurrección de Jesús, un hecho trascendental que dio lugar al surgimiento de una nueva religión, el cristianismo, que es profesada por la inmensa mayoría de los bolivianos. Ayer comentábamos en este mismo espacio sobre la muerte y los padecimientos que Cristo tuvo que atravesar en la cruz para que la humanidad pudiese salvarse: “¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas” (Is. 53:4-5).

Tres días después ocurrió otro acontecimiento incluso más extraordinario, que resulta difícil no solo de creer sino también y sobre todo de comprender: su resurrección. Y es que “si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra fe” (Cor. 15:14). En efecto, en aquel extraordinario acontecimiento se sustenta la fe de los cristianos, en creer que Dios se hizo hombre hace más de 2.000 años con el fin de entregar su vida por amor al mundo, pagando con su sangre, llagas y humillaciones las culpas de las personas, y que al tercer día resucitó de los muertos. En palabras del apóstol Pablo, “porque si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo” (Rm 10:9).