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Caída de exportaciones

Hace ocho años empezó el llamado “macro ciclo de las materias primas”, momento a partir del cual el gas y los minerales empezaron a cotizar a niveles nunca antes registrados, lo que le permitió al Estado boliviano captar una gran cantidad de recursos, ingresando a un tiempo de bonanza. No obstante, en los últimos años el valor de las exportaciones comenzó a descender, afectando los ingresos nacionales. Según datos del INE, el valor de las exportaciones hasta enero de 2015 fue de $us 795,88 millones, 22% menos en relación al mismo periodo de la gestión anterior. Las ventas del sector de hidrocarburos, que significaron el 48,4% del total exportado, se redujeron en 32%; y más concretamente las ventas de gas natural disminuyeron en 29,6%, con un valor de $us 380,70 millones frente a los $us 541,49 millones de 2014.

Ahora bien, los recursos gasíferos, minerales y de la agroindustria representan cerca del 70% de las exportaciones del país, lo que denota la gran importancia de las materias primas para los ingresos nacionales. Esto ha ocasionado que algunos analistas alarmen a la población, señalando que nuestra economía está en decadencia, algo así como “el inicio del fin”, una aseveración tremendamente exagerada. El peso de los hidrocarburos en el PIB es del 9%, siendo los rubros más importantes la manufactura, con 18%, y la producción agropecuaria (12%).

Este tipo de eventos no se presentan de manera súbita, obedece a una serie de factores y, según lo sostenido por el Gobierno, han sido previstos, razón por la cual se ha decidido incrementar la inversión pública hasta los Bs 42.000 millones ($us 6.034 millones), según lo considerado en el Presupuesto General del Estado 2015. Esta inversión está destinada a los sectores estratégicos que generan excedentes como los hidrocarburos, electricidad y la minería; pero también a la infraestructura caminera, comunicaciones, promoción de la industria; y a la inyección de capital a las empresas nacionales y a la pequeña y microempresa, que absorbe más del 80% del empleo.

Cabe recordar asimismo que gracias a los ingresos percibidos por las exportaciones Bolivia cuenta con cifras históricas de reservas internacionales, que bordean el 50% del valor monetario de la producción total nacional, un colchón financiero que permitirá mantener volúmenes de importaciones por mucho tiempo.

Por lo expuesto, es necesario tranquilizar a la población. Las probabilidades de una catástrofe económica por la caída de las exportaciones son mínimas. A falta de inversión privada, la inversión pública pretende constituirse en el protagonista del crecimiento, lo cual no implica negar un descenso del crecimiento esperado de 5,9% al 5%, pero aun así Bolivia ocupará un lugar predilecto en la región. Eso sí, siempre y cuando el Gobierno ejecute el presupuesto de inversión programado.