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Woodstock

Para ese fin de semana no tenía nada programado, así que me animé a realizar un pequeño viaje con el objetivo de conocer el mítico pueblo de Woodstock, aprovechando que en esos días se realizaría un festival de bandas de jóvenes músicos que estaban iniciando su carrera, como se acostumbra a hacerlo todos los años en conmemoración al famoso festival realizado el año 1969.

Llegué al pueblo de Bethel en aproximadamente tres horas, después de perderme en una de las salidas de la interestatal 95. Dejé el auto en el estacionamiento del pequeño hotel que conseguí y salí a buscar algo de comer. En un espacio abierto cerca del pueblo había una banda que estaba tocando With a little help from my friends de Los Beatles, que fue una de las canciones interpretadas por Joe Cocker en el festival de 1969. Así que me compré una pierna de pavo y una coca-cola y me senté en el césped para deleitarme escuchando buena música. Después de esa banda le siguieron otras, por lo que me quedé allí hasta muy entrada la noche. Justo cuando había decidido irme a dormir, salió una muchacha que se puso a interpretar algunas canciones de Janis Joplin y allí me quedé hasta las primeras horas de la madrugada.

Woodstock fue el festival de música más grande y más importante que se ha realizado, no solamente porque congregó a más de medio millón de personas entre el 15 y el 17 de agosto de 1969, sino porque además reunió a las mejores bandas y solistas de ese momento. Junto a Jimi Hendrix y Joan Baez estuvieron The Who y Jefferson Airplane, por citar a algunos de ellos, aunque evidentemente se tuvo que lamentar que no pudiesen asistir a esta cita Led Zeppelin y King Crimson, entre varias otras. De cualquier manera, aquel festival representó la música que caracterizaría al siglo pasado y al imaginario colectivo de esa y las siguientes generaciones, basta recordar la canción Freedom de Richie Havens, que se llegaría a convertirse en un himno mundial de la juventud.

Para el 50 aniversario de Woodstock se piensa realizar un gran concierto de homenaje. Existen varios países y ciudades que están en la competencia por ser la sede de este evento, y podría ser una especie de desquite para quienes no pudimos asistir al festival por nuestra corta edad, que ahora lo hagamos, aunque ya con varias canas encima. Quienes tuvimos la suerte de crecer bajo el influjo del rock clásico y que aprendimos a apreciar la riqueza musical del rock, del jazz y de las baladas de rock, hoy apenas si podemos digerir la basura musical de las cumbias, si es que a eso puede llamarse música.