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¿Mejor con armas que con diplomacia?

El próximo lunes se inicia la fase oral dentro de la excepción preliminar de incompetencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que presentó Chile para bloquear la demanda boliviana que busca abrir la negociación por un acceso soberano al Pacífico, asunto pendiente desde que Bolivia perdiera su cualidad marítima en 1879, cuando, estando vigente un tratado de límites, Chile lo desconoció por la acción militar.

La Haya será el escenario donde los dos países vecinos, que llevan más de un siglo sin alcanzar la solución de un problema que pudo haberse zanjado en varias oportunidades (y en especial en la década del 50 y del 70 del siglo XX), expondrán sus alegatos ante 15 magistrados del más alto tribunal de justicia internacional. Éstos no serán los alegatos de la cuestión de fondo de la demanda, sino que corresponden a la excepción planteada por Chile.  Empero, son tan o más importantes que la cuestión misma, pues al atacar la competencia de la CIJ el Estado chileno intenta dejar a Bolivia sin acceso a la justicia internacional y, por tanto, postergar una vez más su retorno al Pacífico.

En medio de la expectativa creada en ambos países ante la proximidad de las audiencias que tendrán lugar del 4 al 8 de mayo, el diputado chileno del  Partido Demócrata Cristiano (PDC) Jorge Sabag declaró, en una reciente entrevista, que “a Chile le ha ido mejor con armas que con diplomacia”.  Además acotó que “eso es parte de nuestra historia” y refirió los casos en los que Chile no habría sido favorecido en fallos internacionales como el reciente proceso con Perú  (referido al límite marítimo) y el que enfrentó con Argentina a fines de los 70 (relativo al canal Beagle).

La frase, reproducida por varios medios chilenos y que llegó de inmediato al mundo entero por internet, obliga a una honda reflexión. ¿Continúa en el ideario de ciertas élites de Chile que la fuerza otorga derechos? ¿No había percibido Bolivia, quizás ingenuamente, que los gobiernos instalados en La Moneda después de la larga noche pinochetista instalarían finalmente un diálogo franco y formal de cara a resolver el reclamo boliviano, a todas luces justo y legítimo?

Se consideró que la agenda de los 13 puntos —que incluyó formalmente el tema marítimo— daría pie a un nuevo tiempo y que la generación política que encabezó Michelle Bachelet en 2006 le permitiría finalmente a Bolivia tener al menos un puerto franco sobre el mar. Sin embargo, a pesar del clima de confianza mutua que se construyó entre 2006 y 2010, Chile se negó a abrir un proceso de negociación. El gobierno de Sebastián Piñera optó por suspender los mecanismos de diálogo político que regularmente se producían dos veces por año. Bolivia reaccionó indignada, y el presidente Evo Morales anunció el 23 de marzo de 2011 que acudiría a un tribunal internacional.

Bolivia ha demostrado ser un país pacifista, la guerra no forma parte de su política exterior y nuestra Constitución Política del Estado Plurinacional (febrero 2009) proclama que nuestro país renuncia a la guerra y privilegia el diálogo diplomático. Acudir a la CIJ ha sido y es para Bolivia una forma más de activar los mecanismos de solución pacífica de controversias. ¿No lo hicieron antes Chile y Argentina cuando solicitaron la mediación del papa Juan Pablo II para resolver la cuestión del canal Beagle? ¿No lo practicaron Perú y Chile al acatar la decisión de La Haya por el límite marítimo? ¿Es que Sabag pretende que a Bolivia le ha quedado vedado también el acceso a la justicia internacional? Es de lamentar que el diputado del PDC ensalce las armas en desmedro de la diplomacia, ¡cuando precisamente ejerce actualmente el cargo de presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Chile!