Deporte nacional
En nuestro país el deporte más popular es la política. Las personas hablan de política en todas partes
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En varias ocasiones algunos amigos y colegas me reclamaron por qué no escribía más seguido sobre economía, incluso en una oportunidad el mosquito ironizó: “Si el decano de la carrera de Economía escribe sobre fútbol, ¿quién escribirá sobre economía?”.
Para responder a estos comentarios me permito transcribir textualmente al Premio Nobel de Economía George J. Stigler: “La proposición de que los economistas no se inclinan a tomar posturas políticas frecuentes y polémicas parecerá increíble a la mayoría de los no economistas e inverosímil a muchos economistas. Creo que la razón de esta opinión radica en que en la conversación con un no economista difícilmente hay algo en la economía, excepto la política, sobre lo que el economista le pueda hablar. El profano no está equipado para discutir con un economista en cualquier momento los problemas que corresponden a la economía: se encontraría con que los bien conocidos columnistas del Newsweek son completamente incomprensibles en sus escritos académicos. El artículo clásico de una revista académica no está relacionado con la política pública (y a menudo tampoco lo está aparentemente con este mundo). Si el conjunto de la actividad de asesoramiento político de los economistas está en alza o en baja no lo sé, pero no es esto de lo que trata la economía”.
Evidentemente en nuestro país el deporte más popular es la política. Las personas hablan de política en los cafés, en los cócteles, en la reuniones familiares y en todas partes. Los canales de televisión nacionales están saturados de programas políticos. Al parecer cuando se entrevista a alguien lo único que interesa es la política. Mi percepción es que a falta de farándula, hablamos de política o, quizá, hemos hecho de la política una farándula.
A pesar de mis colegas politólogos y analistas, para mí la política no es una ciencia ni mucho menos. Que la política sea un arte, que para muchos sea apasionante o que sea muy importante no lo voy cuestionar, pero las ciencias son la explicación de cómo funcionan ciertos fenómenos, cuyo objetivo es establecer leyes que gobiernen a los mismos, y la política ciertamente no transita por ese camino.
Personalmente la política no es un tema que esté entre mis principales preocupaciones e intereses. Muy probablemente no tenga el talento para practicarla o no tenga el estómago para hacerlo; pero de lo que estoy seguro es que tengo otras cosas en que preocuparme y en que ocuparme. A mis apreciados lectores les digo que alguna vez tocaremos temas de economía, aunque espero que sean pocas, para no aburrirlos con la misma cantaleta.
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