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Contra el despilfarro de comida

De acuerdo con estimaciones del Instituto de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido, anualmente se desperdicia entre el 30 y 50% de la comida que se produce en el planeta; alimentos que han necesitado cerca de 550.000 millones de metros cúbicos de agua para ser elaborados. Una cifra en verdad escandalosa, si se toma en cuenta que más de 1.000 millones de personas se acuestan y levantan con hambre y sed en el mundo.

Conscientes de esta lamentable realidad, los asambleístas franceses acaban de promulgar una norma que prohíbe a los supermercados y a las grandes cadenas de distribución de comestibles destruir o echar a la basura alimentos que no han podido ser comercializados, por ejemplo productos cuyos envases han sufrido desperfectos, pero que todavía se encuentran en buenas condiciones. Según establece la ley, estos alimentos deben ser cedidos gratuitamente a organizaciones que dan asistencia a personas en situación de pobreza.

Mientras que los productos vencidos deben ser destinados a la alimentación de animales o a la producción de compost para la agricultura. Es de esperar que esta excepcional medida, que pone en evidencia que solo hace falta verdadera voluntad política para luchar contra los males de la modernidad, sea emulada por el resto de los países.