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Desaceleración y recuperación

La economía estadounidense creció apenas 0,2% en el primer trimestre de 2015, por debajo del 1% que esperaba el mercado, y más bajo aún que el 2,2% de crecimiento registrado en el último trimestre del pasado año. El crecimiento menor al esperado se debería a varias razones, como los cierres temporales de los puertos de la costa del Pacífico y el mal clima en el noreste que afectaron el comercio; el fortalecimiento del dólar, lo que habría desalentado las exportaciones; la caída del precio del petróleo, que habría desacelerado el sector de hidrocarburos; y un consumo menor al esperado, a pesar de que los ciudadanos dispondrían de mayores recursos ante menores costos de energía.

Ante la desaceleración de la economía estadounidense, los mercados entienden que la Reserva Federal (el banco central estadounidense) no elevará las tasas de interés de referencia, que se mantienen entre el 0% y el 0,25% desde fines de 2008, si no hasta que la economía se muestre menos vulnerable a eventos temporales, la tasa de desempleo continúe bajando y la inflación, que se ha mantenido por debajo del 2% desde hace más de dos años, muestre señales alcistas.

Al diferirse la posibilidad de un incremento de tasas en EEUU, los inversionistas han optado por buscar otras alternativas de inversión, algunos de ellos liquidando sus posiciones en dólares e invirtiendo en otras economías, lo que ha hecho que el dólar deje de fortalecerse desde marzo e incluso se debilite frente a varias monedas; y otros, manteniendo sus dólares para adquirir con ellos activos cuyos precios han sufrido importantes reducciones, como es el caso del petróleo. El barril del denominado oro negro, que llegó a cotizarse a un mínimo de $us 42 en marzo, se recuperó desde entonces, llegando a cotizar las semanas pasadas en torno a los $us 60 el barril. Sin embargo, diversos analistas consideran que esa subida es temporal y no sostenible, ya que si bien la explotación no convencional se ha reducido en Estados Unidos, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), encabezada por Arabia; al igual que Brasil y Rusia han aumentado su producción, con lo que la sobreoferta de crudo parecería mantenerse. Por otra parte, precios del barril por encima de los $us 60 podría volver rentables algunas operaciones de explotación no convencional, con lo que nuevamente aumentaría la oferta. En ese sentido, parece poco probable que los precios del barril de petróleo se acerquen a los $us 70 el presente año e incluso durante 2016.

En contrapartida, la economía de la eurozona registró el primer trimestre de este año un crecimiento del 0,4%, superior al 0,3% registrado el cuarto trimestre de 2014 y mayor al que registró la economía estadounidense. El debilitamiento del euro respecto al dólar y otras monedas que favorece a las exportaciones; la caída de los precios del petróleo, que abarata los costos de energía y pone más recursos en los bolsillos de los consumidores; y la reciente implementación de la medida de estímulo adoptada por el Banco Central Europeo (BCE) de imprimir euros para adquirir hasta $us 67.000 millones mensuales en deuda soberana y deuda emitida por instituciones europeas estarían contribuyendo a la recuperación del consumo y la inversión, dinamizando así la economía de la zona. Sin embargo, el elevado endeudamiento que aún mantienen varios países y el alto desempleo son factores que pueden limitar el crecimiento de la eurozona.