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Al maestro en su día

El Día del Maestro es sinónimo del Día del Apóstol. La enseñanza, la educación es una necesidad pública, una responsabilidad del Estado, que los gobiernos deben impulsar. Todo ser que se inclina por la docencia sabe que es una generosa actividad de servicio. El maestro es el que guía al estudiante en el proceso de aprendizaje teniendo en cuenta sus conocimientos previos, puntos de vista e intereses. Además, no deja de lado la parte afectiva hacia el estudiante. Tiene en cuenta sus valores, ayudándolo a mejorarlos o a construir unos nuevos y mejores para hacer de él una persona con ética profesional y útil para la sociedad.

En consecuencia, el Día del Maestro es una fecha especial, para celebrar un oficio donde el don de enseñar se une para destacar la trascendencia de todo mentor de la educación para el progreso de un país, que arranca con la preparación intelectual del alumno. En esta fecha todos hacen un alto en sus labores habituales para rendir un merecido homenaje al maestro, porque se lo refiere como al principal personaje del gran cambio.

La lucha de todo maestro descansa en la meta de alcanzar un propósito fundamental en la educación, donde mucho tiene que ver el gobierno, el profesor y la comunidad. No olvidemos que la escuela es una continuidad de nuestro hogar, es de cierta forma la segunda casa de los niños y jóvenes, por ello el vínculo que se crea entre el alumno y el maestro puede ser tan fuerte y tan determinante para la formación de los ciudadanos.

No olvidemos que además de enseñar contenidos académicos, el maestro educa, fomentando entre los estudiantes valores y ayudándoles con su ejemplo a ser mejores personas. Un maestro puede cambiar por completo el ambiente de un salón de clases, convirtiéndose en un modelo a seguir por los estudiantes, siendo éste casi un “héroe”.

La fecha es también un recuerdo de lo que hicieron los maestros en todos los tiempos. Hoy en día, siempre en pos de la actualización, hacen uso de la tecnología actual, que permite un desarrollo integral de los alumnos. El referido apostolado supone tener conciencia de que antes de pensar en intereses institucionales o personales, se debe procesar el gran cambio del sistema educativo. La sabiduría del maestro descansa en su visión general de la vida. Valga la oportunidad para comprender y trabajar por la gran unidad que debe darse entre la escuela, la universidad y la comunidad, hacia una vía de integración.

En 1924, bajo la administración del presidente Bautista Saavedra, por DS del 24 de mayo, fue declarado el 6 de junio Día del Maestro en Bolivia para hacer un homenaje a todos los docentes del país. La fecha está asociada a dos hechos importantes. La primera, relacionada con la fundación en 1909 en la capital del país de la primera Escuela Normal de Profesores de la República “Mariscal Sucre”, durante la presidencia del general Ismael Montes. Esta escuela fue un homenaje a los 100 años de la gesta libertaria de 1809 en Chuquisaca. La segunda coincide con la fecha de nacimiento de Modesto Omiste Tinajeros, un pionero de la educación en el país, considerado “padre de la educación boliviana”. Conocido como un polifacético educador, fundó escuelas, fue diplomático y periodista. Algunos escritores lo llamaron “el Sarmiento Boliviano”, por su consagración a la enseñanza libre y la influencia que tuvo en la Ley de Libertad de Enseñanza, aprobada el 22 de noviembre de 1872.

Aprender, investigar, comunicar e ilustrar, en búsqueda de la verdad, son cualidades inherentes a la persona, manifiestas cuando ejercita el don de enseñar. El trabajo de un maestro necesita de esfuerzo, paciencia, dedicación, compromiso y responsabilidad, para poder educar, formar y orientar a sus alumnos.