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Interdicción conjunta

El 11 de noviembre de 2014, los gobiernos de Perú y Bolivia acordaron realizar acciones de interdicción conjunta contra el narcotráfico a lo largo de la extensa frontera que ambos países comparten. De acuerdo con el Viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas de Bolivia, siete meses después, el “puente aéreo” de tráfico de cocaína que existía entre ambos países ha logrado ser eliminado, gracias a la destrucción de 50 pistas clandestinas de aterrizaje en el Perú, la incautación de 12 avionetas en la Amazonía boliviana; la destrucción de 1.485 laboratorios de producción, purificación y reciclaje de droga en las selvas nacionales y la detención de 1.653 personas.

Se trata sin duda de una muy buena noticia, amén de poner en evidencia la importancia de combatir este ilícito a través de operaciones conjuntas, pues es un negocio transnacional que no conoce fronteras y que cuenta con muchísimos más recursos que la mayoría de los gobiernos del orbe, amén de no tener que lidiar con la burocracia estatal.

No obstante, por esta misma razón hay que tener cuidado a la hora de formular lecturas exitistas en esta cruzada, pensando que el tráfico aéreo de estupefacientes puede ser derrotado en tan poco tiempo, cuando previsiblemente solamente se ha replegado en busca de nuevas estrategias para seguir operando.