La compañía danesa Lego, reconocida en todo el mundo por fabricar juguetes que deben ser ensamblados a partir de piezas pequeñas, anunció que dejará de utilizar el plástico como insumo para la elaboración de sus productos, después de 66 años de haber recurrido a ese producto en cantidades industriales. Por caso, solo en 2014 construyó 60.000 millones de piezas, y para ello tuvo que utilizar más de 6.000 toneladas de plástico. Sin embargo, ha decidido invertir $us 150 millones en los próximos 15 años para desarrollar nuevos materiales que sean sustentables y que reemplacen el plástico que utilizan sus icónicos bloques de construcción. Además, planea venderlos en cajas y bolsas que sean amigables con el medioambiente.
Ciertamente se trata de una muy buena noticia, máxime tomando en cuenta el terrible impacto que causan los productos de plástico en las ciudades y en el campo. Por ejemplo, millones de animales mueren cada año al consumir bolsas plásticas u otros objetos similares, pues estos productos están hechos de polietileno, una sustancia tóxica. Además, por si lo anterior no fuera suficiente, al degradarse, las botellas, bolsas y otros productos de polietileno deterioran la fertilidad de los suelos, amén de contribuir a las inundaciones y deslizamientos urbanos, pues obstruyen las alcantarillas y los desagües.