Icono del sitio La Razón

El Inti Raymi en Quito, Ecuador

El 27 de junio tuve la oportunidad de presenciar la primera celebración de la fiesta del Sol (Inti Raymi) en la ciudad de Kitu kara o Quito. El acto fue organizado por indígenas urbanos que habitan en la capital de Ecuador. Hace años escuché hablar sobre las fiestas de San Juan que se realizaban en el norte del Ecuador en regiones como Otavalo, Cayambe, etc., pero hoy casi nadie habla de este festejo, sino del Inti Raymi.

Las actividades se iniciaron con una conferencia de prensa en la casa del pueblo Kitu kara. En ésta se hace referencia al Raymi killa o feria de la productividad con representantes de los pueblos Otavalo, Saraguro, Kayambi, Puruhua y Kitu kara, quienes expusieron sus productos tradicionales en días previos. En la invitación me llamó la atención frases como “hatun puncha Inti Raymi”, “la celebración de los pueblos kichwas guerreros del sol”, “celebración de los guerreros y guerreras del sol”, “el Inti Raymi nos une a todos, vamos a entrar a la ciudad”,  o “el sol brilla para todos”, en fin. Es decir, casi todas en el afán de revalorizar la identidad indígena y particularmente urbana de la capital de Ecuador.

Se invita a la retoma cultural de la plaza San Francisco, denominada antiguamente Amaru kancha o lugar sagrado y simbólico de los pueblos kichwas y particularmente del pueblo Kitu kara, que para nosotros los aymaras/quechuas son las wak’as. Se denuncia cómo el poder católico ha tenido un peso histórico y cómo las piedras con las que se construyeron iglesias provienen de antiguos asentamientos precoloniales. Pudimos constatar la construcción de una tarima para la llegada del papa Francisco, en la que se perforaron piedras antiguas de las gradas de la mencionada iglesia.

Al mediodía empezó el ritual con la asistencia de indígenas y no indígenas, en medio de un cerco circular de flores y frutas. El yachac, acompañado de varios líderes indígenas y muy al estilo nuestro, invitaba a levantar las manos al Sol y a los cerros tutelares como agradecimiento. Pasado este principal ritual, ingresaron por una de las esquinas jóvenes, hombres y mujeres, indios de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). En una sus pancartas decía “Los hijos del primer gran levantamiento”, conmemorando así los 25 años del primer gran levantamiento indígena de 1990. Otra frase expresaba “Somos los hijos del primer gran levantamiento, no se construye el presente, sin conocer el pasado; la verdadera historia es la que no nos han contado”. En este acto no solo estuvieron indios, sino también afroecuatorianos, como una joven de Esmeraldas, quien portaba una pancarta que decía: “En el pasado fuimos esclavos de los españoles, en el presente no seremos de nadie”. Luego fueron arribando otros indígenas urbanos, como de Quitumbe, en el extremo sur de Quito, quienes llegaron acompañados de sus músicos, la Gran banda viajera Chula Vida, muy bien uniformados de color negro, naranja y blanco, que deleitaron a los asistentes.

En horas de la tarde seguían arribando otras comunidades y cerca de la “Plaza grande” seguimos a ésta por su gran entusiasmo. Esta visita fue una irrupción inhabitual para el centro histórico y sus habitantes mestizos que veían cómo los indígenas “tomaban culturalmente” la plaza principal, con su música, baile y al son de violines, guitarras y el canto de las mujeres. Las tradiciones rurales habían sido trasladadas al centro histórico hasta arribar a la Amaru kancha o plaza San Francisco para celebrar el Inti Raymi. Wali sumwa sartasisipki qhichwa jilatanaka kullakanaka Kitu kara markana. ¡Jallalla!