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Bolivia, prisionera de la geografía

Ronald Bruce St. John es un prestigioso académico e intelectual estadounidense, doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad de Denver y profesor en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Bradley. Experto en política de los países andinos, St. John participó entre 1999 y 2001 en un proyecto para promover el desarrollo económico en el desierto de Atacama. Es miembro del Council on Hemispheric Affairs de Washington DC y fue entrevistado por el vespertino La Segunda, de Santiago de Chile, el pasado junio. El tema: la causa marítima boliviana.

En la entrevista el académico se refirió a la falta de acceso al mar que aqueja a nuestro país, afirmando que “Bolivia es un prisionero de la geografía y seguirá teniendo desventaja económica en comparación con los países vecinos hasta que disfrute de un acceso libre a los mercados y las nuevas tecnologías”.

St. John también manifiesta su opinión respecto a los alegatos orales formulados en mayo en La Haya, y ante la pregunta del porqué Bolivia sostenía ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que el Tratado de 1904 puede ser revisable, la respuesta fue la siguiente: “Bolivia se centró en el tema de la jurisdicción de la Corte, argumentando que Chile ha incumplido su obligación de negociar el acceso de Bolivia al mar con soberanía (…) Chile no desarrolló bien su argumento de que otros tratados podrían correr el riesgo de revisión” y que “la naturaleza única de la disputa entre Bolivia y Chile parece limitar su aplicación como un precedente para otros casos”.

Demostrando su alto grado de conocimiento en la materia (fue profesor invitado en la Academia Diplomática del Perú desde 1999), dijo que “la voluntad reiterada de Chile para discutir el tema del acceso soberano al mar después de 1904, y después de 1948, sugiere que Chile sintió la obligación de resolver el problema, que es exactamente lo que Bolivia argumentó en la Corte”. Asimismo afirmó que “el argumento de Chile de que el Tratado de 1904 fue un tratado definitivo de paz y que el artículo VI del Pacto de Bogotá excluye la jurisdicción de la CIJ en cualquier asunto resuelto antes de 1948 no es convincente cuando uno examina las conversaciones entre Bolivia y Chile en 1918, 1923, 1926, 1950, 1961, 1975-1978 y 1986-1987”. St. John afirmó finalmente que “Chile también se beneficiaría económicamente en una solución de la controversia con Bolivia por una salida, ya que ganaría mayor acceso a la agricultura y al gas de Bolivia y, posiblemente, a sus recursos de agua dulce”.

Las opiniones vertidas por el intelectual norteamericano reafirman plenamente la tesis de Bolivia en la CIJ, y las he transcrito con el ánimo de mostrar a la opinión boliviana que en Chile los medios de comunicación, como en este caso hace La Segunda, vienen publicando de cuando en cuando opiniones de intelectuales y políticos locales y extranjeros que se alejan de la línea tradicional de la diplomacia chilena y son proclives a lograr un entendimiento con Bolivia. Considero además notable que un periódico que pertenece al grupo de El Mercurio, medio de prensa abiertamente contrario al diálogo marítimo con nuestro país, abra sus puertas a eruditos como el caso de Ronald Bruce St. John, quien de manera por demás explícita ratifica la tesis que Bolivia sustenta en la CIJ para que finalmente Chile negocie de buena fe con nuestro país un acceso soberano al Pacífico. Considero además muy relevante que el personaje afirme que Chile también se beneficiaría en un arreglo con Bolivia, a lo que me permito agregar que asimismo se beneficiaría el sur del Perú y se haría realidad tangible la integración económica tan aletargada por las ideas decimonónicas que aún perviven —para sorpresa de muchos— en pleno siglo XXI.