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Bolivia, ¿economía emergente?

Este último tiempo se ha estado hablando en los círculos económicos acerca de si Bolivia podría incorporarse al grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Al respecto, yo considero que el país sí puede ingresar al grupo de las economías emergentes por varios factores. Primero, porque gracias a la bonanza económica de precios favorables de los hidrocarburos y materias primas que vivió Bolivia se ha tenido un crecimiento sostenido durante los últimos cinco años a una tasa superior al 5%. Si las autoridades gubernamentales tienen la audacia de seguir haciendo crecer a la economía y evitar la crisis que parece venirse sobre América Latina, podría revertir la situación y crecer a un promedio hasta de dos dígitos.

Segundo, porque Bolivia es el corazón de Sudamérica y se podría transformar en el centro financiero internacional de América Latina con la entrada masiva de capitales bancarios, financieros y empresariales, para construir el motor que les falta a las economías de la región para salir de la pobreza y constituir un pilar de la nueva arquitectura del sistema monetario y financiero internacional, pues el actual sistema se encuentra en desequilibrio.

Tercero, porque habría que hacer conocer al mundo entero que Bolivia es el depósito alimentario de la humanidad y que se desea atraer inversión masiva al sector agrícola para transformarlo en agroindustrial, con producción a gran escala, con el fin de incrementar las exportaciones a la región y al resto del mundo.

Cuarto, China está dispuesta a invertir en América Latina miles de millones de dólares, por lo que se debería atraer a Bolivia estos recursos, con la llegada de al menos cinco bancos chinos, entre otros, el banco de reliquidación Reminbi. Asimismo se debería firmar otros acuerdos de cooperación con el primer ministro chino, Li Keqiang, con el propósito de financiar proyectos energéticos, agroindustriales, de infraestructura y otros rubros de la economía boliviana, incrementando en este sentido las relaciones comerciales y financieras con China y otros países asiáticos, como los “tigres del Asia”. Esto permitiría facilitar el ingreso del yuan a través de Bolivia a toda la región latinoamericana.

Quinto, se debería seguir atrayendo a los inversionistas europeos, dando todas las facilidades en materia de negocios para atraer bancos de distintas nacionalidades, facilitando las transacciones monetarias y financieras de las empresas del Viejo Continente. Para tal efecto, se podría invitar a por lo menos 25 bancos, tanto chinos como europeos (como a la banca de la Unión Europea), lo que permitiría introducir el euro en toda América Latina a través del país, y así disminuir la hegemonía del dólar norteamericano.

Sexto, se deben dejar de lado todos los agravios hacia la economía estadounidense y reanudar sin demora las relaciones diplomáticas y comerciales con el país del norte, invitando a bancos norteamericanos, que son los más grandes del mundo y tienen capitales superiores a todo el PIB boliviano, a instalarse en el país, a fin de cooperar con el desarrollo del sector industrial, agrícola y ganadero bolivianos. Con todo lo que se hizo y considerando los aspectos antes señalados, Bolivia podría ser parte de los BRICSAB (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Australia y Bolivia) como una economía emergente.