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Alta costura

Muchas personas, así como también algunos que dicen ser economistas, consideran que los economistas son como los sastres o, para decirlo con mayor glamour, fashion designers. Así, estos profesionales de la alta costura pueden hacer modelos al gusto del cliente. Modelos para jóvenes o para adultos, para los de izquierda y para los de derecha, modelos clásicos o modernos, para conservadores o revolucionarios, modelos de dos o tres botones, capitalistas y socialistas, modelos cruzados, rectos o slim, modelos para los movimientos sociales, para los explotadores neoliberales, para los pobres, para los insaciables ricos, modelos comunitarios y egoístas, en fin, modelos para todos los gustos.

Por lo poco que he aprendido, creo que el modelo económico es único, es el reflejo abstracto de cómo los individuos actúan en sus intercambios de valores. Es la realidad la que determina cómo se construyen los modelos en las ciencias, sean modelos físicos o económicos, sin importar si van o no con nuestros intereses y expectativas. No es que la economía se invente ciertos modelos y quiera que la realidad se ajuste a este imaginario, ni siquiera los sastres cometerían la torpeza de elaborar un traje sin tomar las medidas del cliente.

Por otra parte, a algunos de mis colegas se les ha ocurrido la peregrina idea de que la economía es un arte, por lo que consideran que está constituida por diferentes escuelas, de la cuales salen modelos diferentes. Ciertamente que las artes tienen escuelas, así por ejemplo en la pintura podemos identificar la escuela impresionista, el realismo, el vanguardismo, por citar algunas de ellas; pero, lamentablemente, la economía es una ciencia y no un arte, digo lamentablemente porque si fuese un arte sería menos aburrida y de los economistas no se tendría la imagen de hombres bien trajeados con ojos mortecinos parapetados detrás de unas gruesas gafas.

Que existen escuelas es cierto, por ejemplo la Frankfurt es conocida como la escuela histórica de economía; o la Escuela Austriaca, que tiene cierta grima por las matemáticas; o la Escuela de Chicago, donde, contrariamente, las matemáticas son la base de la teoría económica. Sin embargo, de allí no se deriva que cada escuela tenga un modelo que contradiga al modelo neoclásico. El modelo general de la economía o, para ser más precisos, los fundamentos del modelo están en la microeconomía, es decir en el comportamiento de los individuos. Quienes no acepten esta realidad probablemente sean excelentes artistas o diseñadores de modas, pero tienen poca idea de lo que es la economía.