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Positivo precedente

El 9 de febrero de 2011, el subteniente Grover Poma Guanto falleció a los 26 años por un paro cardiaco. Dos días antes había sufrido una fuerte golpiza en la Escuela de Cóndores de Sanandita, Tarija. Desde entonces, sus familiares, y en particular su progenitor, vivieron un vía crucis en busca de justicia, asistiendo religiosamente a las audiencias y tocando puertas de autoridades e instituciones que defienden los derechos humanos. Gracias a esta perseverancia, al apoyo de la Defensoría del Pueblo y a la resonancia que adquirió este caso en los medios de comunicación, en diciembre de 2012 se declaró competente a la Justicia Ordinaria para que investigue la causa, un paso fundamental para que cuatro años y medio después, el 18 de agosto, los responsables de la muerte de Grover Poma (los exoficiales Franz García, Ruddy Flores y Kenny Rollano) sean sentenciados a ocho años de presidio.

Si bien esta sentencia resulta insuficiente para un asesinato cometido de manera violenta y premeditada, como bien ha observado el Defensor del Pueblo, constituye un positivo precedente, pues crímenes de esta naturaleza suelen terminar en la impunidad. Por caso, en 2013 la Defensoría identificó 16 muertes en recintos militares, pero solo dos fueron investigadas por la Justicia Ordinaria, el resto fueron cerradas como simples accidentes.