Calidad de la inversión
Los recursos que se emplean en inversión pública no están teniendo el impacto que a priori se esperaría
En los últimos años, el buen desempeño económico de nuestro país nos ha permitido encabezar los rankings de crecimiento económico a nivel regional, más aún si consideramos que en la gestión pasada la tasa de crecimiento del PIB fue del 5,4%, posicionándonos en lo más alto. Es más, según estimaciones oficiales, para este 2015 tendremos nuevamente el mayor crecimiento de la región, y esta vez por segundo año consecutivo, pues se espera un crecimiento aproximado del PIB del 5%.
El Gobierno Nacional atribuye estos resultados principalmente a la demanda interna, observando la situación no tan alentadora en el contexto internacional. En este sentido, se considera a la inversión pública como la locomotora del crecimiento, tomando en cuenta los esfuerzos en materia de inversión pública efectuados durante los últimos años; cifras a las que nos vamos a referir a continuación, para evidenciar las características de la así denominada “locomotora”.
Resulta, amable lector, que en la última década se ejecutaron más de Bs 143.000 millones por concepto de inversión pública, destinados a inversión productiva, infraestructura e inversión social, entre otros. La tasa de crecimiento promedio anual del gasto de inversión fue del 54%, cifra que refleja claramente la orientación de la política pública del Gobierno con respecto a la demanda interna y a su “propia locomotora”. Sin embargo, llama la atención que en este mismo periodo el Índice de Desarrollo Humano (IDH) se hubiese incrementado solamente en 0,031 puntos, hasta alcanzar un índice de 0,667 en 2014; es decir, un incremento promedio anual del 0,5%.
Este aspecto nos invita a pensar que los recursos que se emplean, año tras año, en inversión pública no están teniendo el impacto que a priori se esperaría, siendo que en este caso no solo nos interesa la cantidad del gasto, sino también la calidad, considerando que en promedio el 31% de la ejecución de este presupuesto corresponde a inversión social, es decir, a proyectos en salud, educación y saneamiento básico, que contribuyen directamente al desarrollo económico del país.
Sin embargo, en cada gestión se utilizan importantes montos para la construcción de canchas de fútbol, sedes sociales, centros de recreación, etc., que ciertamente no deberían ser prioridades en la toma de decisiones, más aun si se consideran las metas y objetivos de desarrollo, que requieren importantes sumas de dinero para mejorar el nivel de vida de los agentes económicos del país. Sin duda solo se podrá alcanzar estas metas de desarrollo priorizando la calidad en el uso de los recursos de inversión pública, es decir, desde la perspectiva de la calidad del gasto en inversión.