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Vacas flacas

No es un buen momento para la economía internacional. La contracción de China arrastró esta semana al mercado bursátil a escala global. Las pérdidas han sido brutales para países y personas que cotizan en esos mercados.

¿A Bolivia cómo le afecta? Mucha gente se habrá preguntado esto tras enterarse de la debacle. Pues los impactos vienen de la mano de las materias primas. El precio de petróleo en el mercado de Texas (WTI), referente para el país, se desplomó el lunes hasta los $us 38 por barril, el peor indicador de los últimos seis años. Hasta ayer volvió a superar la barrera de los $us 40, pero el escenario aún es volátil como para un hálito de alivio. El terreno de los minerales es deleznable y las primeras señales se han dado desde Oruro, donde cerca de 8.000 trabajadores optaron por dejar la actividad para buscar otras alternativas laborales.

A pesar de estas señales, Bolivia llegará al 5% de crecimiento este año, según las previsiones del Gobierno. ¿Cómo así? La clave está en la inversión pública. Solo en el ámbito de los hidrocarburos la apuesta se acerca a los $us 1.000 millones; además, el país ha sabido poner los réditos de los años de las vacas gordas en otras canastas. Han llegado los años de las vacas flacas, pero hay esperanzas.