China agita los mercados
Las dudas sobre la situación real de la economía china está generando una clima de desconfianza
Al comenzar la semana que termina los mercados bursátiles de divisas y de materias primas fueron nuevamente agitados por China. A la caída de las dos principales bolsas del gigante asiático (Shanghái y Shenzhen) le siguieron las principales bolsas de Estados Unidos, Europa, Asia y de América Latina, y junto con los mercados bursátiles cayeron también los precios de las materias primas, destacándose el petróleo, que llegó a cotizar por debajo de los $us 40 el barril, su precio más bajo desde febrero de 2009.
Asimismo, las monedas de diversos países asiáticos y latinoamericanos acentuaron la depreciación que venían registrando respecto del dólar estadounidense. Para tranquilizar los mercados y contribuir a que la economía china no se siga desacelerando, el Banco Popular de China decidió reducir por quinta vez, desde noviembre de 2014, en 0,25% la tasa de interés de referencia y en 0,5% las reservas que los bancos deben mantener de los depósitos del público, con el propósito de abaratar el costo del dinero y liberar recursos para que las instituciones financieras otorguen créditos. Dichas medidas lograron su objetivo, ya que la mayoría de los mercados bursátiles se recuperaron al igual que los precios de varias materias primas, entre ellas el petróleo, que llegó a superar los $us 42 el barril.
Las dudas sobre la verdadera situación de la economía china, que estaría creciendo menos de lo esperado, y sobre la capacidad de las autoridades gubernamentales para evitar que ello suceda ante la poca eficacia de las medidas implementadas está generando un clima de desconfianza generalizado. Las medidas de reducir la tasa de interés de referencia; reducir las reservas de los bancos para aumentar los recursos prestables; fomentar la inversión en acciones de empresas por parte de un público inversionistas, sin el adecuado conocimiento para ello (lo que ha generado una burbuja en las bolsas de valores chinas); y la reciente devaluación del yuan parecieran más medidas que pretenden enfrentar situaciones coyunturales que medidas de verdadero impacto para la economía china. La devaluación del yuan en 4,5% cuando se había apreciado 14% desde inicios del 2014 respecto de sus socios comerciales no sería suficiente para recuperar las exportaciones, que en julio se redujeron en 8,2% respecto de julio de 2014. Por otra parte, menores tasas de interés y una mayor cantidad de recursos prestables en un escenario en el que las empresas enfrentan altos niveles de endeudamiento tampoco sería lo más apropiado para apuntalar la inversión y el consumo internos.
Este clima de desconfianza y la consiguiente volatilidad que está generando en los mercados podría demorar la decisión del Banco Central estadounidense (Fed) de subir la tasa de interés de referencia, que se encuentra entre 0 y 0,25% desde fines de 2008, como sería su intención hacerlo el próximo septiembre. Una subida de la tasa de referencia en Estados Unidos podría ocasionar la salida de capitales de economías que enfrentan problemas, con la consiguiente mayor depreciación de sus monedas respecto del dólar, lo que encarecería las materias primas que se pagan en esa moneda.
Sin embargo, al finalizar la semana, se conoció cifras ajustadas de la economía estadounidense, que creció en el segundo trimestre de este año 3,7%, en lugar del 2,6% informado inicialmente, cifra que podría llevar a la Fed a mantener su intención de subir la tasa de referencia. En este contexto, es probable que los mercados continúen volátiles en los próximos días.
Es analista económico y financiero.