Según el Servicio Departamental de Salud (Sedes), de 100 centros de acogida para adultos mayores, la mitad no cuenta con condiciones mínimas para ofrecer cuidados a sus habitantes. La situación es preocupante, pues significa que muchos adultos mayores están siendo víctimas de maltrato pese a que pagan por recibir todo lo contrario. El Director del Sedes explicó que en La Paz hay “50 centros para la atención y acogida de abuelos que cuentan con resolución de la Gobernación, pero hay otros 50 que trabajan de forma clandestina y creo que uno de ésos fue denunciado por maltrato”.
A raíz de esto, la autoridad departamental y el Viceministro de Defensa del Consumidor realizaron una inspección sorpresa a uno de estos centros, donde se evidenció que el personal no contaba con formación profesional específica y que tampoco se respetan protocolos de atención a personas de la tercera edad. Se trata, pues, de una flagrante vulneración a los derechos de las y los abuelos, pues al estar internados en centros donde no se garantiza su bienestar ni mucho menos se les otorga atención médica especializada, su salud y vida están en riesgo. Hacen bien las autoridades en realizar estas inspecciones, y sería aún mejor que hagan similar control en los geriátricos públicos, donde la situación no es mucho mejor.