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Efecto mariposa

El turismo es un sector en el que se puede entender con bastante facilidad el efecto mariposa. Imaginémonos dos mundos paralelos. En uno hay una persona que decide aletear y emprender un viaje, pero en el otro esta persona no existe. Por los demás, los dos mundos son idénticos. A largo plazo, con el viaje de la persona antes mencionada ambos mundos acabarán siendo muy diferentes, por cuanto el turismo transforma permanentemente a la llamada aldea global: se transforma la persona que viaja y se transforma el destino que lo recibe, dependiendo cuán preparados estén el uno y el otro para que esa transformación sea para bien.

Hoy en día, cuando un ciudadano asiático, americano, europeo, oceánico o africano se despierta y piensa en un lugar dónde poder descansar, divertirse e invertir, en su mente no figura Bolivia como su primera opción. Sin embargo, eso no significa que el turismo sea una actividad incipiente en el país; de hecho, durante muchos años ha sido el sector más invisible y silencioso del desarrollo económico. Solo como ejemplo, durante la Colonia se comparaba a Potosí con París, y ya desde esas épocas, sin el desarrollo aeronáutico de hoy en día, se trasladaban grandes distancias para llegar a ese destino.

Hoy tenemos varios lugares y eventos que han sido declarados patrimonio cultural e intangible de la humanidad: Potosí, el Carnaval de Oruro, Tiwanaku, el parque Noel Kempff, entre otros, además de reconocimientos como La Paz, ciudad maravillosa, que son atractivos suficientes para convertir al país en un interesante destino para viajar e invertir. Y es que el turismo, a diferencia de otros rubros, visualiza al país y a sus particularidades financieras, económicas, sociales, culturales, ambientales y, sin pedirlo, pone en vitrina mundial el prestigio y la identidad de un país o una región.

Hoy en día aplaudimos la aparición de pozos de gas y petróleo, porque el país ha desarrollado condiciones para que esta actividad se traduzca en beneficios para los habitantes. Sin embargo, no aplaudimos con el mismo entusiasmo la presentación de un destino turístico, porque aún no hemos logrado comprender que este sector puede generar igual o más beneficios que el gas, pero con la diferencia de que ayudaría a conservar nuestros patrimonios culturales y naturales.

Cada 27 de septiembre, diferentes organizaciones se dedican a visualizar al turismo como un sector estratégico en el mundo. En Bolivia, sin tener las mejores condiciones, este sector ya genera $us 1.140 millones en ingresos y 312.000 empleos directos. Pero para que el aleteo que se inicia en otros mundos permita desarrollar mejor el nuestro, dependerá de las autoridades, nacionales y subnacionales, facilitar las mejores condiciones a fin de que este sector se fortalezca, para bien de todo el país.