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Bolsas plásticas, en la mira

Desde ayer, los supermercados y grandes almacenes de Inglaterra empezaron a cobrar cinco peniques ($us 0,8) por cada bolsa de plástico, a fin de reducir los costos de la recolección de basura y proteger el medio ambiente. Con esta medida, que ya se aplica con buenos resultados en las otras tres regiones del Reino Unido (Escocia, Gales e Irlanda del Norte) y en otros países de Europa, las autoridades inglesas estiman que el número de bolsas que se entregaba de forma gratuita en los supermercados (7.600 millones en 2014) se reducirá significativamente.

Ahora bien, no sobra recordar que el impacto de las bolsas plásticas es enorme, tanto en las ciudades como en el campo. Y es que además de tapar las cañerías y alcantarillas (una de las principales causas de las inundaciones y deslizamientos urbanos), al degradarse deterioran la fertilidad de los suelos, pues están hechas de polietileno, una sustancia tóxica que al ser ingerida puede ser mortal; de allí que sean miles los animales que mueren cuando las confunden con alimento, especialmente en el mar y los lagos. Por todo ello y mucho más, sería deseable que en el país también se baraje la posibilidad de cobrar la entrega de bolsas plásticas en los supermercados y almacenes, lo que obligaría a los consumidores a llevar su propia bolsa sino desean comprar una nueva.