El 27 de septiembre los países miembros de la ONU aprobaron los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), compromiso que implica un enorme desafío para Bolivia y el resto del mundo, ya que dichos objetivos apuntan a garantizar un futuro sostenible para todos. Y esto pasa necesariamente por la construcción de un nuevo paradigma social en el que se respete y proteja los derechos humanos, la diversidad cultural y el medio ambiente; y en el que se reduzca las desigualdades económicas y se permita la inclusión social en todas las regiones del planeta.

Los actuales sistemas de producción y consumo no responden a las necesidades de la población, además son insostenibles, lo que da lugar a que miles de personas vivan sumidas en la pobreza, junto a la creciente destrucción de los ecosistemas. Para alcanzar al menos el primero de los ODS (“poner fin a la pobreza en todas sus dimensiones y todas sus formas hasta 2030”) es necesaria e imprescindible la participación de las personas en situación de pobreza en el diseño de las políticas y estrategias que buscan tal fin, ya que éstas afectan directamente sus vidas y sus comunidades. Para recordar esta necesidad, en 1992 la ONU reconoció el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, señalando que esta jornada “constituye una oportunidad para reconocer los esfuerzos y la lucha de las personas que viven en la pobreza y para que éstas hagan oír sus preocupaciones, así como para reconocer que los pobres se encuentran en la vanguardia de la lucha contra la pobreza”.

Asimismo, es necesario reconocer que las poblaciones marginadas social, económica, culturalmente o de cualquier otra forma son vulnerables no solo a los efectos del cambio climático y a la degradación del medio ambiente, sino también al daño causado por las políticas que se toman para reducir estos efectos; políticas que dicho sea de paso no han logrado reducir la pobreza y están lejos de erradicarla. Resulta, pues, primordial que las medidas que se adopten en todos los niveles para promover la sostenibilidad del planeta garanticen además el bienestar de las personas, y en especial de aquellas que viven en situaciones de pobreza extrema.

Todos los días del año estamos llamados a manifestar solidaridad con los que nos rodean, y en especial con los más desfavorecidos. Y es que siendo la pobreza y la exclusión creaciones del hombre, es responsabilidad de todos comprometerse y trabajar juntos para luchar contra estos males, a través de acciones individuales y colectivas. Y eso es justamente lo que haremos en la plaza Humboldt este sábado, 17 de octubre, con un evento cultural que se iniciará a las 15.00 con música, teatro y testimonios de gente que vive en situaciones de pobreza y exclusión. Todos están llamados a participar en esta lucha.