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Males de la Justicia

Cuando una persona debe enfrentar un proceso judicial recién se da cuenta de lo retorcido y deficiente que es el sistema de justicia en el país. El viernes pasado, para corroborar esta verdad de Perogrullo, la Ministra de Justicia decidió visitar, de incógnito, el Juzgado Cautelar 2° de Quillacollo, Cochabamba, y hacerse pasar como una litigante más. Con esta pequeña acción, pudo conocer en carne propia algunos de los muchos males que imperan en los juzgados.

En primer lugar vivió el desprecio y la indiferencia de los funcionarios, empezando por la secretaria, quien ni siquiera le contestó el saludo. Después pidió el expediente de un caso que eligió al azar, y resultó que “casualmente” éste había desaparecido, supuestamente por la negligencia de la anterior secretaria, aunque se sabe que esta es una de las muchas triquiñuelas que se utilizan para retrasar los procesos. Entretanto, alguien dio a conocer la investidura de la ministra, y recién entonces se pusieron a buscar el expediente, pero de todas maneras jamás apareció. En medio de este ajetreo, se le acercaron varias personas, hasta con lágrimas en los ojos, para denunciar que este tipo de irregularidades son algo corriente, lo que pone en relieve, una vez más, la imperiosa necesidad de reformular el sistema judicial del país desde sus cimientos.