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Reconciliación

Donde quiera que miremos hoy en el mundo, podremos encontrar una gran diversidad de conflictos, sean éstos económicos, políticos, sociales u otros, pero muchos de ellos están relacionados con el uso de los recursos naturales. Asimismo, podemos observar que diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales están preocupadas por el bienestar y el futuro del “patrimonio común de la humanidad”: el planeta Tierra. Para ello se organizan encuentros, conferencias, cumbres y simposios, en el ámbito local, nacional e internacional, en busca de dar buenas señales y acordar acciones en beneficio del cuidado y protección hacia la Madre Tierra. En Bolivia hemos avanzado con la promulgación de la Ley 300 (Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien), pero también somos conscientes de que vamos a paso lento en su aplicabilidad.

Tenemos que comprender la urgencia y la importancia de convertirnos en ciudadanos ambientalmente responsables. Nos hemos convertido en esclavos del consumismo, causante de la destrucción de nuestros bosques. Como dato histórico, según la publicación presentada por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), a  2013 en la Amazonía boliviana se han deforestado cerca de 2,4 millones de hectáreas de bosque. Según este estudio, las causas de este daño a la Madre Tierra se deben a la producción agropecuaria y ganadera, la explotación minera, el desarrollo de infraestructura y la falta de planeación territorial.

Está por demás de claro que la naturaleza nos está pasando la factura poco a poco: sismos en países vecinos, sequías e inundaciones cada vez más intensas (y que para este año se prevén bastante más agudas como consecuencia del fenómeno de El Niño, que en el país se presentará de diciembre a enero), derrumbes y deslizamientos, mortandad en lagos y suelos, y muchos más. Y también es de conocimiento general que solamente podremos ver escenarios diferentes si empezamos a cambiar nuestros hábitos de vida, si decidimos actuar y cambiar de actitud, y en el ámbito gubernamental, de una decisión de parte de las autoridades estatales por aplicar las normas como corresponde.

Los argumentos científicos nos demuestran la necesidad de generar una conciencia ambiental y sembrar desde temprana edad ese compromiso moral hacia nuestra Madre Tierra. Necesitamos reconciliarnos con ella, pensar que ella puede vivir sin nosotros, pero para la especie humana será imposible vivir sin ella. Estamos seguros que más allá de un cambio de actitud personal hace falta una política de Estado de reconciliación hacia el vivir bien en armonía con la naturaleza.