Comunidad
Tratándose de grandes montos, éstos deberían insertarse en un plan bien estructurado,
Estamos en las hermosas tierras mexicanas con nuestras hermanas feministas comunitarias comiendo en vez de pan y papita, tortillas de maíz en todas las formas y tamaños posibles de imaginar. Los ajís picantes de todas las variedades, para graficarles incluso hasta los dulces que comen niñas y niños están hechos con chile o sea con ají.
Después de cuatro hermosos días vividos en el Segundo Encuentro de Feminismo Comunitario de Abya Yala realizado en Oaxaca, donde nuestras hermanas del tejido de feminismo comunitario de Oaxaca nos hicieron gozar de un encuentro fructífero en sus conclusiones. Inmediatamente después nos trasladamos a Puebla a invitación del Primer Congreso de la Comunalidad organizado por universidades fundamentalmente.
De este evento queremos hablar y compartir algunas de nuestras impresiones. Primero, constatar que los indios estamos de moda y es toda una experticia estudiarnos y mitificarnos, en medio de esas acciones darnos palo, digo en un sentido figurado, aunque asimismo duele. Segundo, que este mundo intelectual es de hombres, al que se suman hombres indios, las mujeres contamos poco, mucho menos las mujeres indígenas.
La sorpresa del evento fue planteada por el feminismo comunitario, con mujeres de pueblos originarios como expositoras, este feminismo que habiendo nacido en Bolivia desde el proceso de cambio, hoy es un movimiento orgánico que recorre todo Abya Yala. Planteamos la comunidad como algo vivo y territorial lejos de las acostumbradas pretensiones intelectuales de definir todo y comprender todo. La propuesta de comunidad desde el feminismo comunitario es la propuesta de no abandonar el asombro y la curiosidad de conocer, en la novedad de cada expresión comunitaria, la sorpresa y el gusto de disfrutar las formas insospechadas que emanan de cada una de las comunidades cuando se nombran, cuando se autogobiernan, cuando profundizan su autonomía.
Que aporte importante a la llamada epistemología o camino de construcción del saber, al plantear como feministas comunitarias, los límites reales del conocimiento cuando nos pensamos en comunidad, cuando nos encarnamos en la comunidad. Es en ese ejercicio que sentimos los límites de la comprensión, la expresión, la representación y la acción política. Por eso acabamos de decir que resulta necesario conflictuar la concepción de comunalidad, mismo sabiendo que como concepto fue creado por intelectuales indios en Oaxaca, México, para defender las comunidades de las simplificaciones que los antropólogos hacen de esta realidad de los pueblos originarios. Mismo así hoy tenemos que conflictuar porque parece ser un nuevo ejercicio de poder al pretender la comprensión de la totalidad de las comunidades o dicho de otro modo descubrir la esencia de las comunidades. Algo así como sacar la mejor foto del mejor ángulo para poder captar a la comunidad y definirla, nosotras dijimos que por ahí se va a perder la historia que es disfrutar hoy de la sorpresa de construir el vivir bien en comunidad.