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De cuando la presunción es noticia

Hace unos días se desató en las redes sociales y la opinión pública una ola de comentarios y críticas, especialmente de periodistas y políticos, acerca de la compraventa de la red ATB por parte del director de noticias de esa estación televisiva, Jimmy Iturri, y dos socios suyos.

La Agencia de Noticias Fides (ANF) emitió la primicia con base en un “testimonio” publicado en el diario Página Siete, al que no lo nombró sino solo lo citó como “un medio local”.

Tal fue el revuelo informativo, que el mismo periodista —aunque tarde, 28 horas después— tuvo que salir en televisión a explicar las razones por las que fue parte de la transacción junto a sus compañeros. Si resumo bien la exposición de los implicados en el negocio, Iturri sí es dueño del canal de televisión, que el testimonio “es falso”, que no pagó Bs 31 millones y que, por esa cifra comentada y defendida como fuente por otro periodista, Raúl Peñaranda, anunció un juicio por difamación y calumnia contra éste.

Iturri se había guardado una especial atención sobre Peñaranda.

Lanzada en público la advertencia, minutos después, Peñaranda aceptó a través de su cuenta de Twitter “ir a tribunales”. Pero, horas después, dijo que retira lo dicho. “Como el señor Iturri no negó que era fidedigno (el testimonio), yo presumí que era un documento que tiene credibilidad”, justificó, según una cita del sábado en Página Siete.

“Si el documento es falso, como él asegura mediante un documento de notario, por supuesto retiro mi declaración de que él ha pagado Bs 31 millones”, afirmó.

Presumir, presunción… Polémicas de esta naturaleza siempre dejan algunas lecciones. Conocida esa especie de retractación de Peñaranda, ensayé en Twitter el mismo texto del título de esta columna: de cuando la presunción es noticia.

Como era de esperar, la pequeña idea causó algunas repercusiones, una de ellas de parte de una colega que dijo que “a los periodistas nos enseñan a desconfiar, sospechar y presumir (un hecho), porque ahí están las verdaderas noticias, ¿o no?”. Respondí que “sí, pero (que) la presunción no es noticia en sí, sino un elemento a confirmar”.

Hay supuestos hechos que circulan en las redes sociales o que son vox pópuli en la opinión pública, que no necesariamente son confirmados luego, por lo que nunca llegan a ser noticia. Por eso es que los medios no se atreven a publicarlos.

Por audacia y rigurosidad de algunos periodistas, que se disponen a investigar esos supuestos, éstos resultan ser noticia. Así, una presunción no es noticia en sí hasta ser confirmada. Al resultar noticia, ésta pasó por un proceso previo de investigación, que el rigor periodístico exige.

Sin embargo, existen casos de periodistas y medios de información que solo se quedan con esa presunción, sin ir más allá. Uno no entiende por qué se detienen en esa fase incipiente de la noticia, deleznable como tal y, por tanto, vulnerable a los desmentidos. O es obsesión con algo o alguien, o, simplemente, carencia de práctica. Un periodista no cae en la publicación de esas hipótesis; las procesa y descarta o confirma. La presunción no es noticia, es solo un elemento de la investigación periodística. Así de fácil.