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Los tratados de Roboré

Por los diferentes medios de comunicación masiva se ha venido difundiendo que las altas autoridades del vecino país de Chile han comenzado una nueva ofensiva contra nuestra demanda centenaria de una salida soberana al océano Pacífico, presentada ante la Corte Internacional de Justicia, ofensiva que tendría por objetivo evitar un fallo favorable para nuestro país.

Como ejemplo de que se puede llegar a buenos términos en la revisión de tratados menciono los de Roboré. Las relaciones limítrofes de Bolivia con la República Federativa del Brasil tienen larga data, desde el Tratado de Tordesillas en 1494 —entre los reinos de España y Portugal— hasta las incursiones de los Bandeirantes a la zona de Chiquitos y la Guerra del Acre. Sin embargo, extraña que conocidos historiadores no hayan mencionado hasta la fecha un hecho muy importante en la vida diplomática de nuestro país como fueron los tratados de Roboré de 1954 y las notas reversales sobre límites firmados en esa época. Mediante estos tratados, Bolivia y Brasil establecieron las bases para el intercambio comercial, aprovechamiento del petróleo boliviano, aranceles preferenciales para productos bolivianos y brasileños y varios otros asuntos que se revisaron de los acuerdos de 1938. Asimismo, mediante notas reversales se modificó el tratado ferroviario de 1938, en lo relativo al ferrocarril Santa Cruz de la Sierra-Corumbá y se realizó una nueva demarcación de límites entre ambos países.

Estas notas reversales sobre límites favorecieron plenamente a Bolivia en cuanto a la recuperación de territorio. Los tratados de Roboré fueron aprobados por el Congreso brasileño en 1968; las notas reversales sobre límites y el ferrocarril por su naturaleza no necesitaron ser sometidas a la aprobación legislativa. De esta manera, podemos ver que cuando un país quiere ser solidario con otro, logra acuerdos que permiten el desarrollo de sus pueblos, sin egoísmos ni mezquindades. Sabemos que para ser un buen diplomático debemos, sobre todo, conocer la historia y la geografía, ser científicos del interactuar entre las naciones, que nos guiarán al conocimiento y a la sabiduría de proyectar buenas relaciones con los países que compartimos este hermoso planeta llamado Tierra,

Estos tratados demuestran que si un país hermano pudo tener en cuenta las necesidades del pueblo boliviano, otro también lo puede hacer despojándose de su característica soberbia que, incluso, lo ha llevado a realizar ejercicios militares en las fronteras de Bolivia y Perú, que también intervino en la Guerra del Pacífico. Digan lo que digan las autoridades chilenas, esos ejercicios fueron una amenaza abierta y descarada. Ya que hablamos de tratados es necesario revisar y hablar de los de Roboré para que los conozcan las generaciones futuras.