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Diálogo versus tanques

De un lado, diálogo, diálogo, diálogo. Del otro, tanques, fragatas, submarinos y aviones de combate. En esos términos simbólicos se expresan las señales y posicionamientos con relación a nuestra demanda irrenunciable de acceso soberano al Pacífico. Mientras Bolivia, en todos los escenarios y foros, plantea diálogo, el Gobierno de Chile responde con maniobras militares enfocadas, entre otras cosas, a la “defensa de su territorio” (sic).

La diferencia de actitud es evidente. Y los resultados también. En los últimos días, el presidente Evo Morales, en su viaje por Europa, consiguió la adhesión explícita de dos mandatarios en torno a la histórica demanda marítima. “Es preciso hablar con Chile”, sostuvo la canciller alemana, Angela Merkel. “Diálogo y más diálogo”, dijo el presidente de Francia, François Hollande. Ya antes otras personalidades, como el papa Francisco, reafirmaron este camino.

¿Qué hacía Chile mientras tanto? Huracán 2015. Con ese desafortunado nombre las Fuerzas Armadas del vecino país, por orden de la presidenta Bachelet, movilizaron al menos 5.500 efectivos en ejercicios militares, “de rutina”, en la frontera. Estas maniobras no solo fueron condenadas por Bolivia, sino incluso por un senador chileno. Diálogo, es nuestra respuesta principista con sede en la demanda interpuesta en la Corte Internacional de Justicia.