Continuidad de políticas de integración
La situación en Argentina se debate entre volver al pasado o profundizar políticas exitosas.
En el mundo diplomático de Bolivia, se escucha con frecuencia una frase que resume la sensación que tienen muchos extranjeros cuando llegan o se van de este querido país, dicen: a Bolivia uno llega llorando y se va llorando. No fue mi caso cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner me honró nombrándome Embajador de Argentina ante el Estado Plurinacional, llegue alegre y feliz, de poder convivir, participar y conocer, de cerca, el proceso político que hoy se vive en Bolivia y que tiene similitudes con lo que sucedió en los últimos años en la región y que consistió fundamentalmente en dar inclusión y sacar de la pobreza a 80 millones de latinoamericanos. Y también me voy feliz y alegre por haber podido conocer, integrarme, y trabajar en función de buscar y conseguir amistad y hermandad entre los pueblos, gobiernos y presidentes de nuestros países.
Creo que después de tres años logré una inserción que posibilitó participar como uno más en los grandes hechos de la vida política institucional de Bolivia junto a su Presidente, Vice y colaboradores, legisladores, gente de la cultura o de los movimientos sociales.
Desde la embajada intensificamos el trabajo de cooperación con más de 70 proyectos, en lo cultural supimos destacarnos llevando adelante más de 170 actividades de real importancia, Gieco, Santaolalla, Quino, Buono, Pigna, son solo algunos de los de mayor renombre. Comercialmente sosteniendo un intercambio que supera los 3.000 millones de dólares.
Logramos sumar al pueblo Boliviano a la lucha que Argentina lleva adelante para reclamar por la soberanía en Malvinas, y escuchar tantas veces en actos oficiales, festejos, actos políticos, ya sean en el Palacio Quemado, la legislatura o una cancha de fútbol, dicho por el Presidente, un diputado o dirigente campesino, “Malvinas para Argentina, mar para Bolivia”.
Avanzar en la integración comercial y científica, en infraestructura de energía, desarrollo tecnológico que es ejemplo de mi país para el mundo, con una propuesta revolucionaria y novedosa, no tomarnos como clientes sino como socios y así desarrollar en forma conjunta la tecnología que cada país necesite con el compromiso de transferencia tecnológica.
Argentina se enfrenta en nombre de toda Latinoamérica con las operaciones que la derecha internacional sostuvo y promueve en los últimos años en la región, Brasil, Venezuela e incluso Bolivia en 2008 son muestra de ello. En Argentina se enfrentan dos modelos: el de la continuidad de políticas de inclusión, producción nacional e integración regional o el neoliberalismo de la década del 90. El primero lo encara Daniel Scioli, quien Cristina Fernández de Kirchner eligió para sucederla; del otro lado Mauricio Macri, un empresario del establishment, adherente al neoliberalismo que propone cerrar fronteras con Latinoamérica y abrirlas con EEUU, abrir importaciones, implementar un liberalismo económico con devaluaciones salvajes que traigan desocupación, pobreza y freno a las políticas de expansión de la economía nacional que se vivieron en los últimos 12 años. El peligro que gane la derecha en Argentina,también influirá en Bolivia y toda la región, por el intercambio comercial, migratorio, o políticas internacionales. En definitiva, la situación en Argentina se debate entre volver al pasado (Macri) o profundizar las políticas exitosas y crecer juntos que encarna Daniel Scioli.