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Sin perspectiva de mejorar

En los pasados días se conocieron cifras sobre el desempeño dispar de las principales economías mundiales. La economía de la eurozona creció en el tercer trimestre de este año un 0,3% inferior al 0,4% que había registrado en el segundo trimestre, la inflación en octubre fue de apenas un 0,1% y el desempleo se mantiene alrededor del 11%. La economía china registro en octubre un menor crecimiento de la producción industrial y de la inversión y una inflación menor a la esperada. Y la economía japonesa se contrajo un 0,8% en el tercer trimestre debido, principalmente, a una menor inversión por parte de las empresas y menor gasto por parte de los consumidores. En contrapartida, la economía estadounidense registró en octubre un fortalecimiento del mercado laboral con una creación de empleos mayor a la esperada luego de haberse contraído en agosto y septiembre, reducción del desempleo del 5,1% al 5,0%, crecimiento de los salarios y una mayor inflación.

Ante el débil desempeño de la economía de la eurozona es altamente probable que el Banco Central Europeo (BCE) intensifique las medidas de estímulo que comenzó a aplicar a principios del presente año, aumentando el monto de 60.000 millones de euros que mensualmente viene destinado a la compra de activos que incluyen deuda soberana emitida por los países que conforman la zona, deuda emitida por instituciones europeas y bonos del sector privado y también reduciendo aún más la tasa que paga a los bancos por sus depósitos que ya es negativa (-0,20%). Por su parte, el Gobierno chino tendría también que aplicar nuevas medidas de estímulo como una nueva reducción de la tasa de referencia que ya ha sido reducida en seis oportunidades en los últimos 12 meses desde el 6,0% al 4,35% actual y lo propio tendría que suceder en Japón. En tanto que el buen desempeño del mercado laboral, los salarios y la inflación en la economía estadounidense aumentan la probabilidad de que la Reserva Federal (FED) eleve la tasa de interés de referencia, que se encuentra entre el 0% y 0,25% desde fines de 2008, en su próxima reunión a celebrarse a mediados de diciembre.  

El comportamiento de los mercados de divisas en los últimos días, donde el dólar se ha vuelto a fortalecer y el euro a debilitar, estarían dando por descontado que el BCE emitirá más euros para adquirir activos e inyectar liquidez en la eurozona y la FED subirá la tasa de referencia, razón por la cual los inversionistas retiran sus posiciones en euros y toman posición en dólares. Pero un mayor fortalecimiento del dólar encarece las materias primas, lo que dificultaría la recuperación de sus precios peor aún si continúan el debilitamiento de la economía china y japonesa y la lenta recuperación de la eurozona. Por otra parte, tasas de interés más elevadas en Estados Unidos pueden acentuar la salida de capitales de las economías emergentes cuyas monedas se depreciarían más, lo que por un lado favorece a sus exportaciones pero por el otro genera inflación. Para evitar la salida de capitales y una posible mayor inflación tendrían que elevar las tasas de interés con el consiguiente efecto negativo sobre la inversión y consumo que ya se han venido contrayendo por el efecto que ha tenido la caída de las materias primas en esas economías. En este complejo escenario lo único claro es que el panorama para las economías altamente dependientes de las materias primas continuará complicado y sin perspectiva de mejorar en el corto plazo.