La socia Argentina
Un buen socio y hermano merece trato en esa dimensión, más allá de las diferencias
Argentina acaba de consumar un fuerte viraje político con la elección de Mauricio Macri en sustitución de la presidenta Cristina Fernández. Así, asintió también un giro a las políticas locales y, se espera, otro en relación a las relaciones geopolíticas. Como otros países, Bolivia es una de las interesadas en el futuro próximo de la nación vecina.
Cuando el 10 de diciembre asuma el nuevo gobierno, el país habrá dado fin a 12 años de gestión del kirchnerismo, abanderado inicialmente por Néstor Kirchner (2003-2007) y luego por su viuda, Cristina Fernández (2007-2015).
En este tiempo, las relaciones entre Argentina y Bolivia se acentuaron debido a los acuerdos comerciales, principalmente por la compraventa de gas, y, particularmente, por la afinidad política de sus gobiernos, que ha facilitado un vínculo mutuo cordial y respetuoso.
Es de augurar la misma sinergia entre la nueva administración argentina y el par de Evo Morales, quien, a pesar de su público respaldo al candidato oficialista Daniel Scioli días antes de los comicios del domingo 22, hizo bien al felicitar al presidente electo y proponerle “fortalecer los lazos de amistad y cooperación” entre ambos países.
Aunque Macri no ha dado señales respecto de cómo serán sus relaciones con Bolivia, es natural que éstas sean como siempre. Sin embargo, el embajador de Fernández en La Paz, Ariel Basteiro, adelantó datos preocupantes que, no obstante, están sujetos a confirmación y, eventualmente, a consideración del gobierno de Morales.
El representante diplomático dijo que el nuevo gobierno argentino pretende reducir el consumo interno de gas y, por tanto, la demanda de gas boliviano, incluso a cambio de otras ofertas de ultramar, en su criterio, más baratas. “No hay un futuro promisorio” para la exportación boliviana, expresó.
Argentina es el segundo cliente más importante del país, después de Brasil. Mantiene con Bolivia un acuerdo de compraventa vigente desde 2006, cuya duración es de 21 años, por el cual actualmente se provee de un promedio de 16 millones de metros cúbicos de gas al día (MMmcd), susceptibles de incrementarse hasta 27,7 MMmcd, en caso de que así lo requiera.
Más allá de los negocios, es la socia natural de Bolivia en distintos ámbitos. La condición fronteriza de ambas naciones amerita una acción conjunta en diferentes tareas, entre la migración, el comercio, el contrabando y el narcotráfico, especialmente.
Renovar a través del diálogo las relaciones con el inminente nuevo gobierno deberá ser una tarea esencial de Morales y su administración. Un buen socio, hermano y amigo, merece un trato en esa dimensión, más allá de las diferencias ideológicas y políticas que, eso sí, marquen las nuevas relaciones argentino-bolivianas. Enhorabuena.