Informe de gestión
El informe presidencial fue exhaustivo sobre cuánto se ha invertido y/o gastado
En los 10 años que Evo Morales Ayma lleva en el poder, muchas cosas han cambiado. Y casi todas las transformaciones de la última década las ha resaltado el Presidente en su extenso discurso-informe del viernes último citando cifras económicas. No obstante, hubo muchos cambios que podían ser resaltados de otra forma, debido a la importancia de su dimensión histórica.
Al margen de la extensión de su discurso, es evidente que el mensaje presidencial mostró un matiz primordialmente economicista; incluso la presentación de los logros en el área social estuvo impregnada de variables económicas, debido a la presencia de datos sobre millonarios montos de inversión y/o gasto estatal en esa área. Así, el informe presidencial fue exhaustivo respecto a cuánto dinero se ha invertido en acciones estratégicas, pero también hay otros aspectos que merecían ser resaltados.
Nos referimos a cambios que no pueden ser reducidos a la precisión de una cifra de presupuesto, y que deben entenderse como un parteaguas que marca el momento de inflexión en la historia del país. Por ejemplo, más allá de las cifras de la renta petrolera, la nacionalización de los hidrocarburos permitió retomar el control sobre el excedente de la actividad económica más importante del país. Asimismo, ni poniendo juntas todas las cifras sobre crecimiento de ingresos laborales y reducción de la pobreza se muestra el esfuerzo hecho desde el Estado para devolver la dignidad a las capas más desfavorecidas de la población mediante políticas de redistribución. El mensaje es que el Estado se ocupa de sus ciudadanos, y eso no puede ser expresado en una línea ascendente de datos.
El hecho fundamental de que tengamos un gobierno que no necesita el visto bueno de ningún país extranjero para posesionar a sus autoridades es otro enorme cambio que no puede ser expresado en un gráfico de cifras comparativas. Y así podríamos seguir con varios otros ejemplos. En resumen, los parámetros del informe presidencial —pues el Gobierno es siempre una tarea colectiva— tenían un mayor margen para hilar el relato histórico de cambio.
De regreso al tema de las cifras, es importante resaltar que, más allá de cuánto se gasta en uno u otro ítem, y más allá de cómo han crecido las cifras de infraestructura construida, queda una deuda con la población acerca de cómo han cambiado en la mirada macro las condiciones de vida de la población. Vale decir: ¿el incremento exponencial de la inversión se ha traducido en una mejora de las condiciones de vida que se refleje en un cambio para todos?
El informe presidencial ha sido eficaz en desglosar los datos de inversión, ingresos y egresos, y algunos datos que ponen en el centro a las personas, pero se extrañó la perspectiva histórica del cambio y el sentido de las transformaciones macro de la gestión.