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A 71 años de Auschwitz

El 27 de enero de 1945, el Ejército Rojo ingresó al campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia. El espectáculo con el que se encontraron los militares rusos fue dantesco. Cientos de hombres, mujeres y niños que eran solo piel y huesos deambulaban sin voluntad en una cárcel a cielo abierto, pero lo peor estaba bajo tierra: se estima que 1,1 millones de personas murieron y fueron enterradas en ese campo de exterminio, la mayoría de ellos judíos.

Han pasado 71 años desde entonces, de tal manera que ya son muy pocos los testigos de esa pesadilla que siguen vivos. Sin embargo, varios intelectuales han intentado exorcizar sus recuerdos a través de las palabras, dejando excepcionales relatos como el de Primo Levi (“Nosotros, los que sobrevivimos a los campos, no somos testigos verdaderos… Los que estuvieron y vieron el rostro de la Gorgona no regresaron, o regresaron sin palabras”), o el de Nelly Sachs (“Nosotros, los salvados, / todavía cuelgan las cuerdas enroscadas para nuestros cuellos / todavía se alimentan de nosotros los gusanos del miedo… Tú recuerdas las manos de la madre que buscaron una tumba para el hijo muerto de hambre en su pecho…); relatos que contribuyen a entender, aunque sea someramente, el horror incomprensible del nazismo y del Holocausto.