La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha retomado la iniciativa para lograr que el serio conflicto que afronta Siria se canalice hacia la paz. El Consejo de Seguridad aprobó el 14 de julio de 2014 la Resolución 2165 con el fin de lograr que la ayuda humanitaria llegue a la población civil que sufre con la guerra civil que enfrenta al Gobierno sirio con grupos opositores. El secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, designó a Staffan de Mistura como mediador de las partes en conflicto y este alto funcionario de nacionalidad italiana y sueca logró al menos que representantes del régimen sirio y de los diferentes sectores de oposición se reunieran en Ginebra.
Sin embargo, el inicio de las conversaciones en Suiza fue paralizado a causa de los bombardeos y del ataque de fuerzas terrestres contra puestos rebeldes en la ciudad de Alepo, lo que generó la protesta de la oposición siria, cuyos representantes acusaron al régimen de Bashar Al Assad de intensificar sus ataques militares (con el apoyo de la aviación rusa) a los rebeldes en pleno proceso de diálogo. Ante tal descalabro, que afecta a miles de personas que huyen de las acciones bélicas, los esfuerzos del mediador deberán intensificarse, pues, sin un cese de las acciones armadas, difícilmente se podrá instalar un auténtico proceso de pacificación dialogada. Estados Unidos ha advertido a Rusia que debe dejar de apoyar con bombardeos al gobierno de Al Assad, otra muestra del grado al que ha llegado el conflicto sirio, al que hay que sumar la crisis de refugiados que inunda Europa con lacerantes consecuencias humanitarias.
La ONU, a través de su Consejo de Seguridad, aprobó recientemente otra resolución creando la Misión Especial de Monitoreo y Verificación del Acuerdo sobre el Cese al Fuego y Dejación de las Armas entre el Gobierno de Colombia y las FARC, que estaría a punto de ser firmado en marzo próximo. La guerrilla colombiana dejaría la vía armada e ingresaría a la política con aval del Estado, así se daría fin a casi 60 años de acciones bélicas en territorio colombiano, un éxito del gobierno que presidente Juan Manuel Santos.
La Unión Europea y la OEA felicitaron la iniciativa de la ONU. “El compromiso internacional es vital para ayudar a Colombia a superar un legado de conflicto y violencia y sentar las bases para un futuro pacífico y estable” dice el comunicado de la UE. Mientras que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, emitió una expresa felicitación a través de su cuenta en Twitter. Y es que el Consejo de Seguridad de la ONU demuestra con su decisión respecto a Colombia que dicha instancia puede perfectamente involucrarse en tareas posconflicto y así contribuir a que se cumplan los convenios entre las partes. Muchos diplomáticos calificaron a esa decisión como histórica y la valoraron en toda su dimensión.
Es alentador que la ONU, el ente internacional que nació después del desastre que significó la Segunda Guerra Mundial, reimpulse sus iniciativas para la paz en este siglo XXI. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que forma parte del sistema de Naciones Unidas, tiene a su cargo la verificación de los acuerdos firmados entre EEUU e Irán respecto al programa nuclear de Teherán. Ésta es otra muestra elocuente de un renovado rol pacificador de la ONU.
Quiero aprovechar este último parágrafo para agradecer a la dirección de La Razón, en la persona de su distinguida directora, y al editor de la página de opinión por haberme permitido publicar esta columna desde hace cuatro años. Debo hacer una pausa debido a mi reciente designación como Secretario General de la Comunidad Andina. Pero no es ésta una despedida, sino únicamente eso, una pausa. Deseo volver a las páginas del prestigioso matutino en un breve plazo a fin de abordar temas relacionados a la integración suramericana que tanto me apasionan. Finalmente, un especial agradecimiento a las lectoras y los lectores que amablemente me han dedicado su atención. Hasta pronto.