Icono del sitio La Razón

Peligro latente

Muchas de las ferias callejeras, particularmente los mercados de ropa y otros bienes de consumo en la zona Norte, son bombas de tiempo; el incendio desatado en el mercado Huyustus en Año Nuevo es la prueba. Son un peligro latente porque la topografía y las características de estos mercados impiden a los bomberos acceder a ellos en caso de emergencia.

Así lo ha señalado el Comandante Departamental de Bomberos en un reportaje publicado en La Razón días atrás, en el que reconoce que los pasajes La Tablada, Ortega y las calles Otero de la Vega, Mariano Graneros, Rodríguez, Tumusla, Huyustus y Garcilaso de la Vega, Villa de la Cruz y Diego de Peralta son algunas de las arterias de la sede de gobierno donde los camiones mataincendios no pueden ingresar. En dicho reportaje, el jefe de Bomberos explicó que en las mencionadas arterias, que en su mayoría funcionan como centros de abasto los siete días de la semana, cuando se presenta algún siniestro tienen “que ingresar a pie, cuando el incendio ya ha afectado a mucha gente, como pasó en la feria de la Huyustus”.

Pero no solo en los mercados está el peligro latente. La ciudad de La Paz, celebrada por su particular geografía, es en muchas zonas un verdadero desafío para los bomberos: “Hay vías que son muy pendientes, como Villa de la Cruz y Diego de Peralta, a las que no suben nuestros vehículos por el peso. Llegamos hasta donde se puede y de ahí tenemos que ver si se pueden jalar las mangueras, que con la presión alcanzan unos 50 metros. De lo contrario debemos subir a pie y usar las mochilas de agua”, explicó el jefe policial. Las mochilas de agua no son otra cosa que los aspersores habitualmente empleados en tareas de agricultura y que pueden contener hasta 20 litros de agua. Previsiblemente combatir incendios con esos aparatos dificulta la tarea de los bomberos.

Finalmente, el Comandante Departamental explicó que la tercera causa que dificulta el trabajo de su unidad a la hora de combatir incendios es el tráfico urbano, habitualmente caótico, que es empeorado por la estrechez de las calles, especialmente en el casco viejo de la ciudad, por donde los carros bomberos no pueden circular.

Se trata, pues, de circunstancias particularmente difíciles para el cuerpo de Bomberos de La Paz, lo cual significa que deben extremarse los cuidados para prevenir los incendios antes que tener que combatirlos en condiciones adversas. La obligación que tienen los comerciantes en los mercados y los vecinos en edificios de contar con extintores, impuesta por una norma municipal desde 2013, es un buen paso en esa dirección.

Así, es evidente que evitar desgracias compete más a las y los habitantes de la ciudad que al Batallón de Bomberos. Facilitar más y mejor información a toda la población es una tarea urgente para las autoridades.