Cuentos de peluquero
El caballito de batalla que continúa en carrera es la corrupción en el Fondo Indígena
Es tan patética como la imagen del náufrago desesperado que en medio del océano se aferra a lo que sea. Así aparece, por lo menos hasta ahora, buena parte de la campaña por el No para el referéndum del 21 de febrero próximo. Es una pena, porque quienes la promueven afirman que es un movimiento ciudadano, ¿sin liderazgo visible? Y es una pena porque hasta dan ganas de llorar por tanta mediocridad.
Se ha usado la declaración jurada de bienes del Presidente. Que por qué había aumentado tanto su patrimonio en 10 años. Este incremento fue presentado como un hecho escandaloso, con sugerencia implícita de gran corrupción. Fue tan tirado de los pelos, con tan mala intención, que no duró más de 48 horas.
Se intentó crear un escándalo con la presentación de la libreta de servicio militar con supuestos seis o diez días de demora de Álvaro García Linera a la entonces Corte Electoral, uno de los requisitos para habilitarse como candidato hace diez años, en 2005. Desde entonces hasta ahora se han realizado más de seis consultas nacionales, entre ellas tres elecciones donde participó el Vicepresidente y nunca había sido tan importante para la oposición ese detalle que motivó titulares de periódicos, debates y sesudos análisis.
En el informe decenal de gestión, el Presidente del Estado dio cuenta de más de 6.000 viajes realizados al interior del país y menos de 200 al exterior en dos años.
También se intentó prender el fuego con estimaciones sobre cuánto costaron esos viajes, con qué resultados, cuánto se podría comprar para resolver los problemas de los pobres si ese dinero se hubiese destinado a causas mejores. El resultado de esos viajes, dentro y fuera del país, es tan contundente en lo positivo que mejor ahorramos tinta.
En la cumbre del ridículo figura la factura de corte de cabello junto a un masaje capilar del presidente Evo Morales por Bs 1.400. Otro escándalo que hizo crecer innecesariamente el hígado a quienes desean que este gobierno se acabe. Era otra manipulación, otro escándalo de mentira. La factura es falsa. El costo real fueron Bs 200; el ridículo y la mala fe multiplicados por 100.
El caballito de batalla que continúa en carrera y ha logrado el mayor de los éxitos es el de la corrupción en el Fondo Indígena. El problema es que buena parte de quienes lo promueven no lo hacen con la buena intención de acabar con la corrupción, sino de solamente acabar con Evo Morales. Buena parte de quienes predican, desde los medios, su horror por esa corrupción, callaron, fueron cómplices de la corrupción, también de fondos públicos, cuando estuvieron en función de gobierno. Y peor, muchos también se corrompieron.
El mínimo equilibrio, además, recomienda comparar cómo se actuaba frente a la corrupción antes y cómo se actúa ahora; quiénes y cuánto robaron antes, y quiénes y cuánto roban ahora; cuánto se hizo antes para enfrentar este mal y cuánto ahora. La respuesta fácil de los repentinos gladiadores contra la corrupción es que uno pretende justificar y echar tierra a la corrupción de ahora. Argumento tan mentiroso como la factura del peluquero.
Lo extraordinario es la impunidad de los mentirosos y manipuladores. Por lo menos ellos creen que su producción de basura no genera asco. En mi pueblo, cuando se conocían mentiras tan groseras se decía: —Son cuentos de peluquero, para que al cliente, al escucharlas, se le ericen los pelos y el estilista pueda cortar mejor.
Es periodista.