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Espacio Ritual, un regalo y un desafío

La escultora boliviana Francine Secretan (suiza de nacimiento) ha creado un magnífico conjunto escultórico denominado Espacio Ritual, inaugurado en septiembre del pasado año. La iniciativa fue acogida por el municipio de Achocalla, cuyas autoridades brindaron el terreno para el emplazamiento de la obra. La realización contó con el financiamiento de la Fundación Bonhote.

Espacio Ritual está ubicado en la ceja de Achocalla, lindante con El Alto, un mirador natural desde donde se abren a la contemplación los apus mayores de la Cordillera Oriental: el Illimani, Mururata, Wayna Potosí, Condoriri y otros hasta perderse en el horizonte, con el valle de La Paz entre medio marcando distancias infranqueables y completando un escenario sobrecogedor.

Cuatro esculturas dispuestas en una especie de templete circular ligeramente hundido conforman la unidad. Un portal de piedra y tres illas en rojo metal despliegan hondos significados intrínsecos en una relación de ida y vuelta con las telúricas energías del colosal entorno.

Al Espacio Ritual asoman espontáneamente familias lugareñas asombradas por tanto estímulo para los ojos y el alma. Caminan, se detienen a la orilla, contemplan, tiran piedras al vacío y hasta trepan irreverentes los entramados del metal. Presienten allá las subjetividades del tiempo convocándoles desde el pasado y el futuro, y sienten pertenencia espiritual de ellos al lugar y del lugar a ellos. Fascinante.

Hechas las ponderaciones de justicia, me permito ahora sugerir algunas ideas con el fin de multiplicar la funcionalidad social de tan espléndido lugar. Se hace de urgencia, primero, una señalización apropiada que conduzca fácil y amablemente a los visitantes, sea desde Achocalla como desde El Alto, a través de una vía asfaltada (actualmente solo adivinando es posible llegar y por un camino agreste). Segundo, convocar a concurso de arquitectura para el desarrollo de un entorno complementario de jardines, terrazas flotantes e infraestructura propicia para actividades culturales al aire libre, así como espacios cerrados para la contemplación y colaciones apropiadas (en el momento el Espacio Ritual está puesto en medio de la nada y expuesto a deterioro). Tercero, promover el turismo interno y externo hacia un espacio que conjuga extraordinariamente naturaleza con arte contemporáneo, introspección con motivación, emoción con desafíos (correspondería el cobro por ingreso destinado a su mantenimiento y mejoramiento constante).

Para ello es verdad que las autoridades del municipio de Achocalla podrían todavía ampliar su compromiso con este emprendimiento. Pero también corresponderá a una congregación de instancias involucrarse en interés y corresponsabilidad con tan magna instalación; entre ellos, los municipios de El Alto y de La Paz, el Ministerio de Culturas y Turismo e incluso la iniciativa privada.

Francine Secretan es una elegida de la montaña; y no de los Alpes, sino de estos Andes. Su obra de vida está signada por rastros inequívocos de un origen ancestral y una estética fuertemente alegórica y propositiva. No es la primera vez que ella propone esculturas interactivas en el espacio público, como tributos a la Madre y regalos a la gente. Su empuje nos reta a todos, instituciones y personas individuales, a corresponderle con lo que nos toca en reciprocidad complementaria, para celebración de la vida en este tiempo/lugar descomunal.